Todo parece indicar que el PRI y el PVEM, que tuvieron en Quintana Roo una intensa relación en el felixismo-borgismo, se reencontraron en 2022, pero en Morena.
En 2005 priistas y verdes sellaron una alianza en la entidad, que lo llevó a ser cogobierno en Benito Juárez en ese año, en 2013 y 2016 y compartir la mayoría del Congreso del estado, en tres legislaturas.
En 2019, el PVEM cambio de socio y dejó al PRI por Morena.
Pero, en esa sociedad no le fue tan bien al principio, en la elecciones de 2021, apenas tuvo el 4.7 por ciento, con algo así como 26 mil votos.
Sin embargo, el pasado domingo, el PVEM dio un salto de tremendo en Quintana Roo, al pasar del 4.7 al 23.5 puntos porcentuales de la votación y de 27 mil 524 mil votos a 122 mil 500.
El detalle está que en el PRI hace un año, tuvo 61 mil 336 votos, y el pasado domingo apenas obtuvo 26 mil 521. Es decir, se le fueron 35 mil votos.
A la vez Morena, si bien de un año a otro mantuvo casi el mismo porcentaje, entre 31-32 por ciento, tuvo algo así como 17 mil votos menos que en 2021.
Es decir, el PVEM recibió del PRI y Morena casi el 60 por ciento de nueva oleada de votos.
A final de cuenta la alianza Juntos Hacemos Historia tuvo otra reconfiguración.
El eje de esta alianza ya no fue Morena, sino el PVEM, y con la suma del PRI.
En su proceso de extinción, el priismo local no se está yendo al PRI, como ocurre en otros estados, sino al PVEM.
Como hace seis años, pero en diferente envoltura.