Hugo Martoccia
Las paradojas de la política. El domingo 5 de junio en la noche, mientras Morena y la 4T ganaban en Quintana Roo otra gubernatura, un sector no menor del morenismo local y nacional entraba en furia con los resultados electorales.
El 57% de los votos para Mara Lezama, y los 41 puntos de diferencia con el segundo lugar, que eran un éxito rotundo, escondían sin embargo una sorpresa. Cuando empezaron a diferenciar los votos, se dieron cuenta que algo había sucedido: el voto lopezobradorista había dejado de ser exclusividad de Morena.
Los 122 mil votos del Partido Verde, que equivalen a más de un 22% del total, puso al partido de Jorge Emilio González Martínez casi a la par de MORENA en la construcción de la Cuarta Transformación local.
Durante años, la principal crítica a la alianza con el Verde era que se le daba mucho a cambio de pocos votos. Eso ha cambiado radicalmente. Hoy, 4 de cada 10 votos de la 4T en el estado son del Verde. Es así. No hay cómo refutar los números.
Las caras largas en el morenismo por esta situación apuntan a todos, hasta a la misma Mara Lezama. ¿Quién autorizó y financió una operación electoral como la que sucedió el 5 de junio con el Verde? Esa es una buena pregunta, sin dudas. Pero hay otras preguntas no menos importantes ¿Qué pasó con Morena? ¿Dónde quedó su estructura y su organización?.
Se supone que Morena. tenía aquí operadores electorales “excelsos” llegados desde otras partes del país. El domingo pasado no aparecieron. Muchos de esos operadores se enteraron de la magnitud de la operación del Verde cuando ya había sucedido. Que en Quintana Roo Morena. tenga sólo un 32% de los votos, quiere decir que muchos fallaron.
En el morenismo había un lugar común que decía: le van a entregar el estado al Verde. Esa frase debería cambiar. Ahora quizá la frase deba ser: el Verde le va a arrebatar el estado a Morena, si el partido del presidente no cambia muchas cosas.
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PESCAR EN UN ESTANQUE
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La principal crítica al Verde es que su operación electoral del 5 de junio se realizó sobre los votos de la propia alianza. O sea, no fueron a pescar al río, sino al estanque donde los peces estaban cautivos.
Pero hay más de fondo. La realidad es que en las semanas previas a la elección, una nutrida estructura electoral de la propia Mara se había ramificado por todos los partidos de la 4T. Ofrecía darle a los partidos los porcentajes que requerían, pero sumando todos los votos a Mara. Era un acuerdo ganar – ganar. Pero unos ganaron muchos más que otros.
Desde el viernes 3 de junio, sobre esa estructura comenzó una agresiva operación para que los votos fueran todos al Verde. La idea era convencer a los electores, “por los medios que fueran necesarios”, de que el candidato a diputado ganaría lo mismo por el Verde o por otro partido de la alianza.
Eso era rigurosamente cierto para los candidatos, pero no para los partidos. Y ahí están los resultados.
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LOS NÚMEROS DE LA OPERACIÓN ELECTORAL
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Veamos algunos datos relevantes.
En Bacalar un bastión histórico del PT, la candidata de ese partido, Alicia Tapia, ganó con 10 mil votos del Verde y apenas 3 mil y algo del PT. En el distrito 2, Hugo Alday, también por el PT, recibió casi 14 mil votos del Verde y 1400 del PT. Isaac Janix, en el distrito 8, con la bandera del PT, obtuvo 827 votos de su partido y 6124 del Verde.
Hasta en el distrito 1 hubo sorpresas. Julián Ricalde, abanderado de Fuerza por México, recibió más votos del Verde que de ningún otro partido: 12 mil 356.
¿Cómo se explica esto, si ninguno de esos candidatos tuvo vinculación alguna con el Verde? Eso es, para quien no lo sepa, una operación electoral. Es la vieja escuela, pero con sofisticaciones propias de la nueva era, como los códigos QR para garantizar que el voto fuese para el Partido Verde y no a otro lado.
Incluso, lo del PT pudo ser más grave. Hoy, queda la sensación de que el Verde iba por todo, y que hasta se iba a llevar puesto el registro del PT. Un volantazo de última hora evitó ese error político, que hubiese dejado a la alianza de la 4T muy expuesta ideológica y políticamente.
Una parte de toda esta operación pasa también por el gobernador Carlos Joaquín. Desde el mediodía del domingo de la elección, en el PAN se preguntaban porqué el Verde podía comprar votos en las puertas de las casillas sin que nadie los moleste.
Todos recordaban la elección de 2021 en Solidaridad. Antes de empezar la elección, la Fiscalía del estado se metió a la casa de Luz María Beristain, encarceló a más de una decena de personas, y destrozó la operación electoral de los Beristain. Así ganó Lili Campos aquella elección. Esta vez, hubo una orden explícita para que nadie se moviera.
“Carlos Joaquín fue uno de los principales operadores del Partido Verde”, concluye un político que lo conoce muy bien.
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¿EL FUTURO ES VERDE?
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En abril pasado, en una columna en este mismo espacio (Ver abajo) se escribió:
“Después del 5 de junio, cuando Mara Lezama sea gobernadora electa (según los cálculos de Jorge Emilio) Ana Paty Peralta quedará como alcaldesa de Benito Juárez y el Verde comenzará de inmediato a preparar esa sucesión para 2024; se hará el desembarco definitivo en Solidaridad y Cozumel; se mantendrá Puerto Morelos; se buscará hacer pie en Isla Mujeres; se tendrá ya estructura en la zona maya, y el partido buscará ser el representante de la 4T en OPB”.
Vamos a los datos duros que dejó el 5 de junio.
El Verde es primera fuerza política en Solidaridad; segunda en Tulum, Bacalar, y zona maya, y tercera en Othon P. Blanco.
En el distrito 1, que comprende Isla Mujeres, Puerto Morelos, Lázaro Cárdenas y una pequeña porción de Cancún, fue el partido más votado.
En los otros siete distritos de Cancún logró más de 56 mil votos, contra alrededor de 70 mil de MORENA.
Renán Sánchez Tajonar ganó en Cozumel, será el presidente de la Jucopo en el Congreso, probablemente el primer año, y tendrá un ojo puesto en su municipio para 2024. El futuro político de la actual alcaldesa, Juanita Alonso, dependerá mucho de saber si operó contra la 4T el pasado 5 de junio.
Estefanía Mercado es número puesto para ser la candidata de la 4T, con las siglas del Verde, en Solidaridad en 2024. En el sur sólo esperan la debacle de Yensunni Martínez, y lo mismo en Felipe Carrillo Puerto con Mary Hernández, para poner candidatos propios.
En el Congreso tendrán, al inicio, un bloque de 7 diputados. Luego, lo más seguro es que Isaac Janix se vaya del PT hacia el Verde, y ya le hicieron la invitación formal a Julián Ricalde, cuyo partido, Fuerza por México, se quedará sin registro.
A todo esto se debe sumar lo que pedirá el partido en el Gobierno de Mara, que incluye al menos toda el área de medio ambiente (íntimamente ligada con el rentable mundo del desarrollo urbano) y también la Secretaria de Finanzas y Planeación.
¿Cuánto les dará Mara? Aún no se sabe. La gobernadora electa ha dicho que habrá mucho morenismo en su gabinete, pero todos saben que no es lo mismo un lugar que otro dentro de la escala del poder.
No hay que ser un genio para imaginarse que el objetivo final del Verde será la sucesión gubernamental de 2027. Por lo pronto, Morena, en gran parte por sus propios déficit, ya no es el dueño exclusivo del lopezobradorismo local. Y eso es algo que va a tener un enorme impacto en el sexenio por venir.
Podría darse el caso de que MORENA se quede con gran parte del Gobierno, pero que el Verde se quede con los espacios claves donde está el Poder.
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