Por: Jorge A. Martínez Lugo
• El presidente mexicano no tenía un interlocutor en el plano global, tan claro como el argentino.
Ni Trump tiene el tono de Milei, aunque demostró que tiene el mismo talante temerario, al asaltar el Capitolio en Washington, con toda la fuerza bruta sobre la constitucional.
Es sano que al nivel entre las naciones latinoamericanas se enfrenten esos dos modelos de desarrollo: el estado social que representa Andrés Manuel López Obrador, o el otro, el modelo de libre mercado que representa Javier Milei.
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Las medidas y acciones también son significativas: mientras en México se amplía el apoyo social, en Chile desaparece y se cobra a los manifestantes el costo de la represión policiaca, equipo y armamento.
Milei amenazó al Congreso, con motosierra y un bate, con llamar a plebiscitos para aprobar medidas drásticas por “necesidad y urgencia” cuyos costos lo pagarán las clases trabajadoras y se rescatarán a empresas.
“Si no se aprueba el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), llamo a todos los plebiscitos necesarios” sostuvo.
La Central de Trabajadores Argentinos (CTA) convoca hoy miércoles a movilización contra el llamado “decretazo” que derogaría 300 leyes, en su mayoría las de tipo social.
Ante ello, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, usando discurso tipo dictadura militar de los años setenta -que tanto sufrieron los hermanos argentinos-, amenazó con dar de baja a los marchistas que reciban programas sociales y obligarlos a pagar los costos de patrulla, policías, armamento.
Mientras tanto, avanza la devaluación del peso argentino más de 200%, despidos masivos y la inflación a todo galope.
Como anillo al dedo le cayó a López Obrador la llegada de Milei, porque se puede comparar de manera clara y nítida, la diferencia entre los dos modelos de país: tipo Milei o tipo Amlo. Usted tiene la última palabra.