Hugo Martoccia
Lo sucedido estos últimos días con Roberto Palazuelos muestra todas las fortalezas y debilidades que el actor y empresario tiene para enfrentar el proceso electoral por la gubernatura del estado. Es capaz de monopolizar la agenda mediática, pero a la vez no parece tener el control de lo que sucede en el complejo entramado que se ha generado a su alrededor.
Cada vez son más los actores políticos que quieren subirse al fenómeno electoral Palazuelos (llegue hasta donde llegue ese fenómeno) pero no necesariamente para hacerlo ganar la elección, sino, tal vez, para todo lo contrario: para cumplir la vieja tradición de la oposición quintanarroense de ganar perdiendo.
En ese contexto, creen algunos, el ingreso de Carlos Cardín a Movimiento Ciudadano puede ser una buena noticia para el partido, porque le daría más volumen político, pero difícilmente sea una buena noticia para Palazuelos, si su interés es ganar una elección.
Esa versión dice que Cardin es un hombre criado y forjado en el Sistema, y que entiende claramente que ese Sistema ha tomado una decisión para que la próxima gobernadora sea Mara Lezama. Por eso, no va a operar en contra de ese designio, sino de manera paralela a éste.
Algo similar sucede con Joaquín González Castro, el Quino, que es la mano que mece la cuna en el MC. El ex magistrado es otro hombre del Sistema, cercano, además, al gobernador Carlos Joaquín, que juega abiertamente a favor de Mara.
Un sector del MC (pero también más allá, en el PAN y en MORENA) cree que los dos (Cardín y el Quino) operan para el futuro de un partido consolidado por los votos de Palazuelos, con diputados y espacios para negociar, pero que en ese esquema no figura, en ningún lado, el proyecto Palazuelos gobernador.
O sea, el proyecto Palazuelos gobernador empieza y termina en él mismo; los demás trabajan para otra cosa.
INFILTRADOS Y ALIANZAS DE PAPEL
Si uno ve las listas de precandidatos a diputados del MC lo puede entender mejor. El partido se prepara, si acaso, para consolidarse y ser un actor importante en 2024. Pero no hay un sólo nombre allí que deje entrever que Palazuelos tendrá alguna forma de continuidad política después del 5 de junio. Hasta una sobrina del gobernador aparece en esas listas.
Ni siquiera ganando, Palazuelos sería el jefe político natural de esa gente.
En ese juego, dicen, también hace su parte Marybel Villegas. La senadora de MORENA tiene seis nombres en esa lista de precandidatos, y está en un lugar privilegiado para negociar con quien quiera. Podría, incluso, negociar en su momento con Mara, y salirse de cualquier acuerdo con Palazuelos a mitad de la campaña.
Otra vez; la opción de dejar al empresario sólo en algún momento, es más rentable que la de seguir con él.
Palazuelos se ha jactado públicamente de tener el apoyo de Marybel y otros morenistas desencantados con la candidatura de Mara. Aunque eso fuera cierto, alguien debería ponerlo en contexto de lo que significa. En Quintana Roo, los que se han ido de MORENA simplemente han desaparecido electoralmente. Los “votos propios” son mínimos.
MORENA QR es Andrés Manuel López Obrador. Punto. Tan es así, que cualquier candidato, incluida Mara, tiene menos votos que los que representa el lopezobradorismo en el estado. Entonces, sumar morenistas desencantados sirve para la foto y la especulación política, pero mueve muy poco en las urnas.
Los números de las últimas tres elecciones muestran con matemática exactitud ese escenario. Sólo hay que saber leer e interpretar, y escuchar menos chismes y especulaciones sin sustento. También de eso debe aprender Palazuelos, si quiere competir en serio.
LAS ALIANZAS DE MARA
Paradójicamente, a Mara le pasa algo parecido a lo de Palazuelos: hace alianzas que no le suman. Quizá por el miedo que muchos le inculcan (calculadamente, para hacerla dudar y presentarle “soluciones” a sus problemas) o porque su naturaleza política la lleva hacia ese lugar, la alcaldesa suma a su causa a personajes que difícilmente le agreguen un voto, pero que le restan credibilidad e imagen. Su política de alianzas es tan amplía, que deforma hasta lo irreconocible la 4T (si es que algo tal como la 4T existe en Quintana Roo).
La lista es larga, y, por supuesto, empieza por la alianza con el propio gobernador Carlos Joaquín. En este caso, debe decirse, hay una cierta lógica política en mantener buenas relaciones con un gobernador (aunque esas relaciones han ido mucho más allá de lo lógico).
Pero luego, esa alianza suma eslabones realmente inexplicables, como la intención de llevar de candidato en el distrito 8 a Isaac Janix (para que pierda ante el candidato del gobernador) o sumar en la operación política a personas ligadas a Greg Sánchez, por ejemplo.
En ese mismo contexto aparece la intención de impulsar a Judith Rodríguez Villanueva para la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, y el acuerdo para poner a Estefanía Mercado de candidata del Verde Ecologista en el distrito 10. Un dato dice más que mil palabras: para ser candidata de la 4T, la única aprobación que Estefanía quería recibir era la del gobernador; lo demás fue sólo negociación.
Ese nombre, debe decirse, es apenas el comienzo de una larga lista. Se esperan otros nombres tan o más polémicos que ese en la lista definitiva de candidatos de la 4T, y muchos más cuando Mara asuma la gubernatura en septiembre de 2022 y de a conocer su gabinete.
Pero no hay que sorprenderse; no puede ser de otra manera cuando algunos de los principales operadores de Mara Lezama son los mismos que los de Carlos Joaquín. Un viejo político quintanarroense se sorprendió esta semana al constatar que, literalmente, hay operadores que trabajan un rato para cada uno. En una reunión operan para Mara y en otra para Carlos Joaquín.
CARLOS JOAQUÍN CONDUCCIÓN
Lo bueno para MORENA es que todo ese confuso entorno político no ha hecho mella, al menos hasta hoy, en los votos. La figura de AMLO es tan fuerte, que abajo de ese paraguas, casi a escondidas, se urde la trama de una elección pactada hasta en sus más ínfimos detalles, y a nadie parece importarle.
Allí, debe decirse, el gobernador ha tenido mucho que ver. Quizá no sea el ideólogo del plan, pero lo está ejecutando de un modo tal (en la parte que le corresponde) que terminará siendo el único que, pase lo que pase, saldrá ganando en esta la elección.
Y Palazuelos está formando parte de ese plan, quizá sin saberlo. Hoy, le guste o no, su papel es el de darle futuro al MC, dividir los votos anti Mara con Laura Fernández, y poco más.
EL PROYECTO PALAZUELOS
Esta columna ha manifestado varías veces que Roberto Palazuelos puede ser un rival de cuidado para Mara. Pero para ello debe tener dos cualidades: ser un fenómeno electoral, y tener un entramado político a su alrededor que trabaje para ganar y no para negociar y sobrevivir.
La primera parte de eso ya lo tiene; sólo hay que ver cómo monopoliza la agenda mediática cada vez que hace algo, para bien o para mal. Con una adecuada asesoría, el actor podría ser un rival temible en ese ámbito.
La segunda parte es más difícil, pero podría conseguirla. Los números redondos dicen que posiblemente en la próxima elección voten 600 mil quintanarroenses, y Mara sacaría 250 mil o unos pocos más. O sea, hay 350 mil votos para ganarle a MORENA.
Pero el camino para llegar a esos votos es diverso; hay que convencer a los muchos cancunenses anti Mara; hay que ir al corazón del enojo de la zona cañera; hay que explotar el fuerte descontento del sur del estado con el tándem CJ-Mara, y hay que escarbar en el descontento del propio morenismo, pero mucho más allá de la foto con políticos sin verdadero poder electoral.
Pero los vasos comunicantes con esos sectores no son una imagen y un nombre, sino que se logra con acuerdos en tierra, operación política de alto nivel, y relaciones personales, políticas y económicas de índole diversa, y con diversos intereses. Y para eso hace falta un equipo con capacidad, pero fundamentalmente con voluntad de ganar y no sólo de participar.
Hasta ahí, el escenario claro de la elección. Hay también, como es de preverse, un escenario oscuro. Hay quien dice que Palazuelos nunca ganará la elección, y posiblemente ni siquiera compita. La Secretaría de Gobernación ya tiene una carpeta en su contra para utilizar en el momento que haga falta, dicen esas voces.
De ser así, sólo sería una parte más de la trama de una película de la cual parece que ya todos conocemos el final. El problema es que esa película empezó con una historia épica, pasó a ser una empalagosa historia de amor, y parece que va a terminar como una tragedia para todos.