Hugo Martoccia
Desde algunas semanas antes a que apareciera la precandidatura de Roberto Palazuelos a la gubernatura del estado por Movimiento Ciudadano, en el equipo electoral de Mara Lezama, que incluye un nutrido grupo de la Ciudad de México, se analizaba, en el marco de los posibles riesgos electorales, el caso de Clara Luz Flores en Nuevo León en 2021. Hubo en aquella elección una sucesión de errores propios que nadie quiere repetir en MORENA.
Sucintamente, puede decirse que Clara Luz arrancó la campaña para la gubernatura en aquel estado con una amplia ventaja, y se desmoronó conforme pasaban los meses. Como siempre, hay números diversos en las encuestas, pero en síntesis podría decirse que Clara Luz arrancó la campaña con alrededor de 35 puntos, y que Samuel García, candidato del MC arrancó al menos 25 puntos abajo. Esos números son exactamente los que hay hoy en Quintana Roo.
Al final, Samuel ganó con el 36% de los votos, y Clara Luz terminó cuarta con el 14%.
Esa situación de Nuevo León, por supuesto, tiene algunos parecidos y grandes diferencias con Quintana Roo. Pero aún así no dejan de analizarse en el cuarto de guerra de Mara, en donde no quieren sorpresas.
Esos análisis llegan a algunas conclusiones. Lo primero que hay que decir es que el mayor impacto sobre la campaña de Clara Luz lo tuvo un video en donde aparecía con Keith Raniere, de la secta NXVIM, a quien ella había negado conocer. En tres semanas, perdió 15 puntos de aprobación. Nadie esta exento de un escándalo similar.
Pero antes de eso ya se había detectado una gran renuencia de la candidata a mostrarse cerca de Andrés Manuel López Obrador, como si esa presencia fuese un problema en vez de una solución. Las últimas semanas de la campaña fueron caóticas. Se intentó enderezar la campaña con medidas contradictorias, a veces entregando todo el control a los asesores, y otras actuando con desesperación y hasta con capricho. El resultado final fue un reflejo de ese caos.
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QUINTANA ROO, ESE BASTIÓN LOPEZOBRADORISTA
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En el entorno de Mara dicen que el error de no estar cerca de AMLO no sucederá en el estado. Para ello, la campaña se va a diagramar desde el centro, y girará siempre en torno a AMLO y la 4T.
También, se hará siempre hincapié en la relación de la alcaldesa con el Presidente. Hay que decirlo con todas las letras: el Presidente ha estado cerca de Mara en cada momento electoralmente importante.
Estuvo en visita oficial, con ella en el presidium, el día que MORENA anunció a Mara como su candidata a la reelección en Benito Juárez; estuvo también unos días antes de que la anunciaran como virtual candidata a gobernadora, y este sábado la hizo participar del anuncio de una inversión de más de 10 mil millones de pesos de la Federación en el estado.
Lo del evento de este sábado fue sorpresivo. En su saludo oficial, el Presidente nombró a Mara antes que al gobernador Carlos Joaquín; le atribuyó a la alcaldesa la gestión de la reparación del boulevard Colosio, y se mostró muy cercano a ella al final del evento. Podría decirse que AMLO hasta se salió del libreto oficial para esos casos, por mostrar un apoyo explícito a Mara.
El grupo local que arropa de manera más directa a Mara dice que con ese nivel de relación es imposible que la alcaldesa pierda la elección.
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NÚMEROS Y ESTRATEGIAS
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Los números gruesos de las últimas tres elecciones en el estado (2018, 2019, y 2021) dicen que MORENA y sus aliados rondan el 40% de los votos en los comicios locales. En los federales los porcentajes son otros, más robustos a favor de la 4T.
El problema, entonces, es a donde se va el otro 60% de votos. El escenario electoral actual muestra que los rivales de Mara serían Laura Fernández, por PAN-PRD-CPQ; Roberto Palazuelos, por MC; Leslie Hendricks, por el PRI; y posiblemente Nivardo Mena sea el candidato del MAS.
Según la visión morenista, ese el escenario propicio para que ese 60% de los votos se disperse de manera tal que sus 40 puntos sean suficientes para ganar hasta con cierta comodidad el próximo 5 de junio. No ven a ningún otro candidato llegando siquiera a los 30 puntos.
En MC, por supuesto, no creen en eso. Dicen que el partido literalmente está en ebullición con la presencia de Palazuelos, y consideran que van a entrar a la campaña electoral, en abril, ya en un franco segundo puesto. Ven en Palazuelos todo el perfil de un fenómeno electoral.
Una estrategia diferente tiene Laura Fernández, que es una política con mucha experiencia. La diputada federal entendió el escenario y ha empezado a marcar su agenda. No hay mucho que investigar: cuando critica el “entreguismo y la apatía”, el destinatario es Carlos Joaquín; cuando critica la “improvisación” y a las personas que les ponen “todo en alfombra y no saben competir”, la destinataria es Mara.
¿Intentará Laura vincular cada vez más a Mara con CJ, y despegarse ella de ese lugar?. Pareciera que la estrategia es ser la candidata de la alianza oficialista, pero no la del gobernador.
Por otra parte, en el entorno de la diputada creen que el tiempo de Palazuelos es este, por el impacto de su nombre, pero que indefectiblemente se va desmoronar cuando su campaña se convierta en un pandemónium sin orden ni estrategia.
Cuando se enfrenta al equipo de Mara a esos dos potenciales escenarios adversos, hay una respuesta constante: dicen que una debacle en Quintana Roo sería sacar 35% de los votos en la elección de junio próximo, y aún con esos números ganarían.
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EL RIESGO 2024
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En medio del torbellino actual, natural a cualquier proceso electoral, hay quienes miran al futuro mediato, que consideran el verdadero norte al que hay que apuntar para hacer sus análisis y operaciones políticas.
En ese mundo aparecen dos casi certezas: dicen que es virtualmente imposible ganarle a MORENA en Quintana Roo en junio próximo, pero también creen que el tiempo de la 4T comenzará a agotarse en 2024.
Ese análisis sostiene que los ayuntamientos de MORENA dejarán tal desastre, que será muy difícil ganarlos nuevamente. Ponen el caso de Othon P. Blanco, donde lo más seguro es que Yensunni Martínez termine entregando una administración peor que la de Othoniel Segovia.
También mencionan el Congreso. Dos Legislaturas consecutivas dominadas por la 4T, pero con “cero transformación”, serán demasiado para la sociedad. Nada ha cambiado ni cambiará en ese recinto, dicen. Y creen que para ese entonces, la propia Mara Lezama, a la que ven como gobernadora, empezará a sentir todo el desgaste de sus años en la política.
Esa versión de un entorno complejo en 2024 no alude solo a Quintana Roo sino a todo México. Hay que recordar que 2024 no es un año cualquiera. Allí se elegirá al sucesor de López Obrador, lo que ha llevado, ya desde ahora, a un muy duro cruce interno entre facciones del lopezobradorismo.
Si el Presidente deja la política, como ha dicho, el movimiento quedará sin su liderazgo formal; pero el partido, creen muchos, quedará directamente a la deriva sin su único líder moral. Es casi imposible pensar que los votos del lopezobradorismo podrían mantenerse todos fieles al partido, y lo más seguro es que, al menos una parte de ellos, se dispersen en cualquier escenario de rompimiento.
No fueron gratuitas las palabras del Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, en la reunión con los senadores de la 4T este sábado. Les pidió “evitar que se descarrile el movimiento”, porque ese es el destino de la 4T si no encuentran la forma de resolver sus cuestiones internas.
Para que se entienda: hoy, la oposición no parece tener demasiadas posibilidades de ganar en 2024, pero paradójicamente ese fecha puede ser el inicio del fin de la 4T. Y en Quintana Roo no es imposible que ese proceso se adelante.