El fortuito ascenso de Blanca Merari Tziu Muñoz, a la presidencia municipal de Puerto Morelos, está plagado de traiciones y compromisos nefastos con la mafia del poder.
Era entendible su rompimiento abrupto con Laura Fernández Piña, quien la sacó del anonimato, ya que era una completa desconocida. Pero no así la ruptura que, desde el primer día, generó con los conocidos, amigos y amigas del finado Ignacio Sánchez Cordero, con quienes de inmediato no sólo guardó su extraña distancia, sino que implementó una hosca e indignante estrategia de acoso laboral, y eso a todos los niveles de la administración pública municipal, para darlos de baja y cesarlos inmediatamente, afectando con ello, sus derechos humanos, y el más elemental respeto de fraternidad entre ex compañeros de trabajo, que siempre le mostraron cariño y lealtad al finado.
Así, de nada valió la amistad y fraternidad del difunto Ignacio Sánchez Cordero con esos amigos y compañeros de trabajo, que, de un día para el otro, fueron dados de baja por “falta de confianza”. Igualmente, se distanció de los residentes y conocidos de la comunidad donde vivía, cómo es Leona Vicario, ya que, nada más tuvo acceso al poder, compró casa en Cancún, camioneta de lujo blindada, se dedicó a viajar por el extranjero, y se rodeó de “guaruras”, “asesores”, maquillistas, fotógrafos, asistentes, entre otros, como un cerco para que, solo a quien ella “palomee”, lo reciba en sus oficinas municipales o en los eventos.
La transformación de Blanca Merari, fue de un día para otro. Y, ante la pérdida presencia y confianza popular, ahora pretende acercarse con los grupos de personas que, directa o indirectamente guardan relación con Laura Fernández Piña, para allegarse su apoyo.
La llave de acceso es Manuel González Tamanaja, ex tesorero de Fernández Piña, cuando fue presidenta municipal, y acérrimo rival político del finado Ignacio Sánchez Cordero.
Debe decirse, que Tamanaja había estado operando tras bambalinas, pero dado el bajo rating de Blanca Merari, ya lo visibilizó, al nombrarlo coordinador de asesores de la presidencia municipal de Puerto Morelos.
Pero entonces el doble discurso anticorrupción se desinfla. Uno porque Tamanaja representa ese lado oscuro, nada más basta “googlear” su nombre completo y aparecen notas que nos dan idea de lo que estamos hablando.
La pregunta es: ¿los ex borgistas corruptos continuarán gobernando Puerto Morelos?
Así, los hilos de la corrupción, tienen a Puerto Morelos, sumido en la ingobernabilidad y hartazgo ciudadano.