De unos días para acá, se ha intensifica el relato de combate a la corrupción en Quintana Roo.
Este relato se subrayó en el acto del XV aniversario de la creación del municipio Tulum y el mejoramiento de la “calidad” de la deuda estatal, que heredaron los últimos tres gobiernos prianistas.
Pero, el buen juez por su casa empieza, diría el clásico.
Y es que, hay verdaderas joyas de la corrupción dentro y en torno de la 4T, que además están listos para seguir en ascenso en sus carreras políticas a expensas del actual Gobierno.
Es difícil de creer que Blanca Merari Tziu Muñoz, supongo que puede ser reelecta, cuando lo más notorio de su gestión es que hecho gala de opacidad y malos manejos.
Apenas hace unos días, pidió un “adelanto” de participaciones, cuando no hace mucho quedó al descubierto que infló la nómina además tuvo un subejercicio.
Por si fuera poco, fue descubierto en flagrancia cuando en horas laborales empleados de la Comuna hacían promoción del Verde y de la propia doña Blanca
Pero, aún más bizarro es el caso de Juan Carrillo, quien como es alcalde de Isla Mujeres enfrenta unas doce denuncias por malos manejos, pero que ya se dispone a regresar, mejor dicho volver como Edil de la ínsula.
Nada podría desacreditar el relato contra la corrupción, si la 4T presenta en sus listas de candidatos de 2024, a personajes como Blanca Merari o Juan Carrillo.
El combate a la corrupción no puede reducirse a una abstracción.