Parece que el nombre del juego para 2024, es cuál fuerza hace más “moloch”.
Es decir, cuál de las alianzas políticas reúne el mayor número de partidos para formar una pirámide de votos lo más alta posible.
Y en esta ecuación, no hay partido pequeño. Tres o dos puntos se vuelven tres o dos puntotes que darían la diferencia.
Y quien está jugando sus caras es José Monroy Mañón, el líder del MAS, único partido local de la entidad.
En las pasadas elecciones locales, el MAS tuvo 7 por ciento de los votos, con Nivardo Mena, como candidato a gobernador y hasta superó a partidos como el ¡¡PRI!!
Como en un “draft”, Monroy ha puesto su mesa a ver cuál alianza lo llama. Puede ir con la de Morena-Verde o con el Frente.
Pero, cada día las “cosas cambian” y si antes parecía que Morena-PVEM tenían el monopolio político en al entidad, la irrupción del “fenómeno Xóchilt” ha venido a modificar el panorama en todo el País, incluido Quintana Roo.
Y también el panorama cambió para el MAS