Una cosa es una cosa, es otra cosa.
El Gobierno estatal promovió el incremento de algunos impuestos relacionados directamente a la actividad turística, la cual está en uno de sus mejores momentos, como lo refleja el récord de operaciones del aeropuerto de Cancún del fin de semana y la “saturación” de los muelles de cruceros de Cozumel y Mahahual.
Obvio, se usa al turismo para apuntalar el gasto social, es decir la riqueza se usa para enfrentar la pobreza y la desigualdad.
Pero, la presidenta municipal de Felipe Carrillo Puerto, Mary Hernández se despachó con la cuchara al incrementar diversos impuestos en esta demarcación de la zona maya, algunos de los cuales son hasta del 900 por ciento.
La Zona Maya no sólo ha quedado al margen del desarrollo turístico, sino que sigue siendo la zona de más alta marginación del estado.
Unos 300 empresarios manifestaron su inconformidad y llegaron al Congreso del Estado para impedir el incremento de impuestos.
Es decir, Mary Hernández unió a todos en su contra, o al menos, la mayoría de los empresarios.
Un “detalle” no menor son los excesos del propia Alcaldesa que ha destacado más por su lujosa camioneta que por acciones en favor de la comunidad.
La ventaja de Mary Hernández es la mayoría copeteada del morenismo en el Congreso del estado y sus respaldos de Chetumal.