Marciano Dzul tenía un liderazgo firme y planes a corto, mediano y largo plazo., entre los que estaba ser el primer gobernador maya.
Era, como se dice un animal político, que tenía el dominio casi total, de la “escena” de Tulum pero ya habia avanzado en su expansión hacia futuras contiendas.
No hace mucho, hizo una tremenda demostración de fuerza en la elección de consejeros estatales de Morena al llevarse el 1-2 en la lista del 01 Distrito con David “Fili” Tah y su operador Jorge Córdova Pech.
Pero además se llevó, con “Fili” Tah y Córdova Pech, el 51 por ciento de la votación en un distrito que también abarca Solidaridad (Playa del Carmen) y Cozumel, así como Isla Mujeres y Lázaro Cárdenas, además de un fracción de Puerto Morelos.
Es decir, su fuerza al interior de Morena era indiscutible y creciente.
Pero, una cosa es Marciano Dzul y otra son los autoproclamados marcianistas, que se sienten herederos de quien fuera dos veces alcalde de Tulum.
Por encima de la ley, los marcianistas, lidereados como Córdova Pech y el exalcalde interino, Martin Cobos Villalobos, y usando como estandarte a la ex alcaldesa Romi Dzul (hermana de Marciano) pretendieron asumir la herencia del ayuntamiento de Tulum.
Primero, trataron de sabotear el ascenso de Diego Castañón, cuya designación como alcalde sustituto no tenía ninguna decisión pues era el candidato suplente en la panilla de la alianza Juntos Hacemos Historia.
Y ahora, pretenden apoderarse de la Tesorería, con Romi Dzul, a pesar de que la exalcaldesa está impedida legalmente, como ya lo confirmó la Auditoria Superior del Estado (Aseqroo).
Los autoproclamados marcianistas han fallado en sus intentos y ahora van hacia el despropósito, con el riesgo de provocar inestabilidad política no sólo en Tulum, sino en todo Morena.
Este grupo carece de cualquier fortaleza y pretenden imponerse usurpando la memoria de Marciano Dzul.
Los llamados marcianistas no están dispuestos a sumar, sino van por dividir, fracturar y “agandallarse”.