Hugo Martoccia.
Algunas cosas comienzan quedar firmes en el entorno de la gobernadora electa Mara Lezama. Hasta ahora, la danza de nombres de su futuro gabinete genera una suerte de mezcla política e ideológica que es una incógnita: unos dicen que traerá problemas; otros, que es la única forma de tener un gobierno activo y para todos. Eso se verá luego. Pero lo cierto es que algunos de esos nombres ya han superado la etapa de la revisión y están en una carpeta distinta; la de los nombres confirmados.
“Quiero gente que resuelva cosas; más allá de los colores”, dice Mara Lezama cuando se le consulta sobre la integración de su gabinete, sin duda el que más expectativas ha causado en los últimos sexenios.
Hay una presión para que haya mucho morenismo. Mara la acepta, pero dice que hay que buscar buenos cuadros, eficaces servidores públicos, y que adopten el concepto de la 4T. “Las instrucciones las voy a dar yo, y va a ser un gobierno de MORENA y fiel a la 4T”, dice, para despejar dudas.
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NOMBRES PROPIOS
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No hay orden jerárquico en esa lista de confirmaciones. Los nombres se van confirmando de acuerdo a necesidades o situaciones del momento.
Un ejemplo, la Secretaría de Salud. En la carpeta de Mara estaban en la etapa final de revisión dos nombres: el del chetumaleño Manuel Aguilar y el de Flavio Rosado. El primero encontró demasiadas resistencias en un sector del morenismo puro; no le perdonan algunos agravios pasados. Entonces, quedó definitivamente Flavio Rosado.
Otro ejemplo que viene de Benito Juárez. La decisión de sacar a Flor Ruiz Cosío de la Secretaría General del Ayuntamiento tuvo que ver, en parte, con la mala relación entre la funcionaria y la futura alcaldesa Ana Paty Peralta. Era innecesario iniciar esa gestión con una relación desgastada.
Mara mandará a ese lugar a Jorge Aguilar (como lo informó La Opinión) lo que le dará un fuerte control sobre la gestión municipal, y Flor Ruiz será, casi seguramente, Secretaria de Trabajo en el próximo sexenio. Flor se sumará antes a la Comisión de Recepción del Gobierno estatal.
Con el joven Eric Arcila Arjona sucedió que mientras Mara ganaba internas y elecciones generales, el funcionario cumplía una labor destacada en el deporte municipal de Cancún. La decisión surgió naturalmente: Eric se hará cargo del deporte estatal desde la destruida Cojudeq, una de las mayores deudas de gestión que dejará la actual administración estatal de Carlos Joaquín.
Alma García, que está en Radio Ayuntamiento, tuvo un recorrido similar. Es un nombre puesto para el Sistema Quintanarroense de Comunicación Social. “No quiero nadie que haga política ni grilla ahí; quiero levantar el Sistema y que esté en todo el estado haciendo lo que debe hacer”, dice Mara, que para el SQCS piensa con su lado periodístico.
Por supuesto, su equipo cercano, como el secretario particular Francisco Carrillo, Briget Ortega o Julio Durán, estarán ahí. Mara tomará en su momento la decisión de qué cargos específicos ocuparán.
Del municipio saldrán varias figuras cercanas al marismo hacia el gobierno estatal. Nombres muy ligados a la gestión como Armando Lara de Nigris, que iría a Sedetus; y Reyna Arceo, que será Contralora estatal. También la acompañará el ex Oficial Mayor, Héctor Contreras; un funcionario de trato difícil que la gobernadora electa prefiere tener con ella.
Mara aún analiza la situación del tesorero Marcelo Guzmán. Lo quiere en el estado, pero también cree que es muy necesario en Cancún, porque la desvela la situación financiera del municipio; no quiere ninguna sorpresa en ese rubro.
Pablo Bustamante, actual síndico del Ayuntamiento, la va a acompañar en algún espacio aún no definido.
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OTROS NOMBRES
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Mara ya decidió que la Secretaría de Gobierno será para una mujer. Tras esa decisión, el nombre que aparece más firme es el de la diputada local Cristina Torres. “Quiero alguien con carácter, que tome decisiones todo el tiempo, y que esté solucionado los problemas allí en donde suceden”, dice Mara. Cree que Cristina tiene ese perfil, aunque la decisión aun no está tomada.
Mara quiere concentrarse en las decisiones estratégicas de gobierno y recorrer todo el estado, y así descansar la operatividad y la política interior en manos capaces y activas. Cristina, o quien tenga ese perfil, deberá dar las señales precisas. La trascendencia del cargo no admite ninguna equivocación en estas breves semanas.
Desarrollo Social es un problema. Luis Gamero había arrancado con cierta ventaja para ese puesto, pero han surgido muchas dudas sobre su papel en la pasada elección. Mara analiza poner allí a la diputada federal Anahí González, pero aún no logra convencerla. Sin embargo, Anahí entiende que es parte de un proyecto más grande que cualquier decisión personal, y que si finalmente la necesitan, deberá aceptar el cargo.
Artemio Santos tendrá un lugar relevante en el marismo; o al menos en su inicio. Hoy, es el principal gestor de la entrega-recepción del Gobierno estatal, y la gobernadora electa aún no determina si le dará la Secretaría de Turismo o la de Desarrollo Económico. Pero ahí estará.
El actual titular de Agepro, José Alberto Alonso Ovando, tendrá un lugar en el gabinete. Hay quienes lo critican porque ha pasado por todos los últimos gobiernos, que no han sido precisamente satisfactorios. “Es bueno para resolver problemas”, responde Mara a esas críticas. Y vuelve a insistir en que quiere gente que resuelva, más allá de los colores.
El diputado electo del distrito 8, Isaac Janix, aparece como una opción para el gabinete. Pero Mara quiere que primero asuma como diputado y evaluar su desempeño. Janix tiene una larga historia de idas y vueltas políticas que requieren de un cuidado especial.
A Mara no le preocupa que se vaya del Congreso. Su suplente es Berenice Sosa Osorio. La gobernadora electa la puso allí. Esa posición era del PT, para Brian Echeverría, pero de última hora Mara puso a Berenice, para cubrir una posible salida de Janix.
El verde ecologista José de la Peña podría liderar el equipo de asesores de la próxima gobernadora.
Una de las grandes sorpresas será la incorporación al equipo de Mara del ex alcalde de Cancún, Paul Carrillo. Las referencias de Paul es que se retiró con un altísimo nivel de aprobación, y que en la elección de 2016, en lo que a él correspondió, ganó todo para su partido, aún ante el aluvión electoral que fue en aquel momento Carlos Joaquín.
No estaría en una secretaría, pero sí dentro del equipo más cercano de la gobernadora electa.
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LOS PENDIENTES
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Dos áreas claves están aún en análisis. Hasta el momento, el acuerdo es que Sefiplan sería una posición que se acordaría con el Verde Ecologista, y la Seguridad Pública será una decisión que se tomará con el Gobierno Federal.
En esos lugares es donde a Mara menos le importan los colores y más la eficiencia. Se trata quizá de las áreas más sensibles del Gobierno, donde están la deuda pública gigantesca que le dejará Carlos Joaquín y sus antecesores, y el desastre de la seguridad pública. No hay posibilidad de cometer errores allí.
Faltan muchos espacios por cubrir, y, por supuesto, los cargos intermedios, por donde pasan muchas decisiones, serán fundamentales para determinar el rumbo del gobierno. Pero ya hay algunas líneas firmes trazadas.
Sin embargo, nadie debería dar por seguro su cargo. Un ejemplo: un video políticamente inconveniente que llegó a manos de Mara, le quitó una secretaría de estado a un personaje político.
“No podemos cometer errores; no hay tiempo para equivocaciones”, dice Mara.
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EL PODER
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A Mara Lezama la tranquiliza la idea de que Carlos Joaquín podría recalar finalmente como director general de Fonatur. La relevancia política de ese cargo, aún con todo lo que significa, no es lo mismo que una Secretaría de estado como Sectur.
Pero sabe que las decisiones del Presidente Andrés Manuel López Obrador son impenetrables e inatacables, así que prefiere no desgastarse en especular.
Está más preocupada por los espacios de poder donde puede tomar decisiones, como su Gabinete, el futuro Congreso y la dirigencia de MORENA, que ya le generó un problema este domingo, porque Lulu Cardona no pudo operar su ingreso al Consejo estatal para ser la dirigente.
Pero más allá de eso, siente que su momento político ya está en marcha. Hay convicción, fuerza, y votos; pero también errores, dudas e incertidumbres. De la manera en que ese cóctel se acomode, se definirá el futuro de este muy particular sexenio.