Hugo Martoccia .
El gobierno de Mara Lezama aun no inicia, pero la primera gran batalla electoral para 2024 ya tiene una señal de largada. La decisión de la gobernadora electa de mantener el control del gobierno de Benito Juárez mediante la elección de los principales funcionarios, es algo así como el pitazo inicial de un proceso sucesorio que será central para la construcción del marismo. O para la definitiva consolidación del Verde Ecologista.
Los datos electorales del 5 de junio dejaron la sensación de que el Partido Verde amenaza con venir por todo. Y es cierto. Como ya se ha dicho, esos más de 120 mil votos que logró, y el posicionamiento en diversos municipios, lo dejan como una segunda fuerza política con aspiraciones de primera.
Pero la joya de esa corona es Cancún, y allí está hoy la gran duda sobre esa alianza entre Mara y el Verde. ¿Hay un acuerdo de fondo para que el Verde se quede con Cancún? ¿O Mara definirá eso como gobernadora? Hay, incluso, una tercera opción: ¿Hubo un acuerdo, pero ese acuerdo quedará pagado con la asunción y los años de gobierno de Ana Paty Peralta?.
Una primera respuesta a esas preguntas comienza a asomar. La decisión de Mara de que Jorge Aguilar sea el secretario de Ayuntamiento de la futura alcaldesa Ana Paty Peralta, es una señal clara de que tendrá el control del municipio y, por consiguiente, el de la sucesión.
Esa versión se sostiene con otros hechos: la gobernadora electa ha pensado en llevarse con ella al tesorero, pero no soltará la Tesorería. Lo mismo podría hacer en Desarrollo Urbano y en Oficialía Mayor, por ejemplo. O sea, Mara se llevará muchos nombres, pero no soltará los espacios.
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LA DECISIÓN DE MARA
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Unas semanas antes del inicio de la campaña por la gubernatura, en una reunión privada, Mara tiró una frase que descolocó a varios, pero que hoy cobra nueva relevancia: “Hay que buscar un candidato para Cancún”, dijo. Detrás de ese cometido, que parecería natural para cualquier futura gobernadora, hay toda una decisión política: la frase implica que Mara no pone en ese lugar a Ana Paty Peralta, con todo lo que eso significa.
Y allí hay un desacuerdo fundamental con el Partido Verde, se vea por donde se vea. Hoy, el Verde trabaja abiertamente para consolidar el gobierno de Ana Paty, y la tiene como el principal proyecto para la sucesión en 2024.
Pero esa visión no se condice con lo que Mara está haciendo. Días atrás, cuando decidió lo de Jorge Aguilar, mientras analizaba otros nombres, alguien en la mesa preguntó cual era la postura al respecto de Ana Paty.
“Yo gané la elección el año pasado”, dijo Mara, sin dar lugar a comentarios. Y nadie necesitó preguntar qué significaba eso y quién tomará las decisiones.
En el Verde entiende esa postura y Jorge Emilio Gonzalez Martínez ha sido claro con su círculo más cercano: el control político es de Mara, les ha dicho. Pero también, debe decirse, él mismo ha lanzado la carrera por la sucesión en Cancún. Jorge Emilio quiere a un verde ecologista candidato en Cancún en 2024. Eso es un hecho.
En el entorno más íntimo de Mara hay una versión diferente, que propone algo así: El acuerdo con el Verde está pagado con los dos años que va a gobernar Ana Paty. El 2024 será decisión de la gobernadora.
¿Habrá conflicto entre Mara y Jorge Emilio? No parece lógico ni necesario; pero realmente es difícil anticiparlo. Todo dependerá, en gran parte, de qué tipo de gobierno haga Mara y qué tan fuerte llegue a esa elección. Jorge Emilio sabrá leer como pocos la fortaleza o la debilidad de su aliada, y actuará en consecuencia.
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LOS NOMBRES
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La danza de nombres por Cancún es amplia, pero hasta ahora no hay nadie con votos propios. Y ese es todo un tema.
En el caso del Verde, por ejemplo, si no fuese Ana Paty a la reelección, los nombres que aparecen deberían salir de sus diputados y sus principales cuadros. Cristina Alcérreca y Susana Hurtado tendrían credenciales electorales para pedir ese espacio. Y Pepe de la Peña, Guillermo Brahms o Pablo Bustamante, por ejemplo, tendrían credenciales políticas.
Por el lado de MORENA hay muchos. Los diputados federales Anahí González y Alberto Batún han activado sus recorridos; Humberto Aldana y Marybel Villegas quieren presidir el Congreso para dar el salto hacia Cancún; Milderd Ávila no dejará nunca de lado esa expectativa.
Como secretario del Ayuntamiento, Jorge Aguilar entra también de lleno en la carrera por la sucesión para Benito Juárez. Y más allá hay más. Los “petistas” Isaac Janix y Hugo Alday, podrían tener el mismo interés.
El problema, vuelve a decirse, son los votos. Nadie tiene votos propios; o no los suficientes, al menos. Hasta hoy, para ganar se requieren los votos del lopezobradorismo. Y esos votos, guste o no, los va a manejar Mara, como jefa política del estado.
Entonces el problema vuelve al lugar original. Lo que se decida en una oficina entre Mara y Jorge Emilio será lo que finalmente convaliden las urnas.
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COGOBIERNO O ALIANZA
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Hace unos días, un grupo de colaboradores muy cercanos a Mara se sentó a hablar. Gran parte de la conversación giró en torno al peligro (y la desilusión) que significa que la alianza con Jorge Emilio pudiera ser aún más profunda de lo que habían esperado.
En ese entorno dicen que no hay ver conflictos donde no los hay. Pero lo dicen desde el punto de vista pesimista. El Verde tiene a la suplente de Mara, al síndico, y evidentemente la estructura electoral que se montó para quedar como segunda fuerza en el municipio y el estado tuvo el visto bueno y quizá hasta el financiamiento de Mara. Así lo ven.
Recuerdan, por ejemplo, que en 2021, cuando se armó la lista del Ayuntamiento, la suplente era, hasta minutos antes del cierre, Anahí González. Pero finalmente fue Ana Paty. Las sorpresas, siempre, terminan favoreciendo al Verde.
Eso va a pasar en 2024, dicen. Al final, Jorge Emilio va a imponer el cumplimiento del acuerdo político con la 4T, el cual, según ellos, implica no sólo Cancún 2024, sino el estado en 2027.
Hay otros que piensan distinto. Son los que aun dando por válida la existencia de algún tipo de acuerdo de esa índole, aseguran que las cosas han cambiado. Mara ya no es una alcaldesa ni una candidata; es una gobernadora electa. Y eso varía el escenario.
Hay muchas jerarquías políticas por encima de una alcaldesa, y hasta de una candidata a gobernadora. Pero sólo la Presidencia de la República está por encima de una gobernadora.
Negociar con un candidata es fácil; a casi a todo dirá que sí. Pero ir a refrendar esa negociación con una gobernadora es otra cosa. Y eso es válido para todos quienes han hecho una negociación con Mara.
Conclusión de ese grupo: no hay tal acuerdo con Jorge Emilio, o, si lo hubo, hay que rehacerlo.
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LOS MENSAJES QUE NO LLEGAN
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Mara dio esta semana una fuerte señal política con su decisión de mantener el control de Cancún, algo que normalmente le cuesta mucho hacer. Pero faltan más señales. El equipo de transición se demora, y el alcance de las alianzas y de su poder es aún difuso.
En la gobernadora electa y en su entorno más íntimo hay la muy extendida y muy errónea idea de que todo debe hacerse en secreto. Casi como si lo que hicieran estuviera mal. Y es un error. Hay decisiones políticas que se comunican de una vez, para evitar interferencias. Pero otras deben madurarse, instalarse poco a poco. La política, la mayoría de las veces, requiere de señales y mensajes.
Por eso ha sucedido muchas veces que cuando dan a conocer algo, Mara paga el costo político de la indecisión, aunque nunca la haya tenido. En Cancún eso se notó bastante. Pero en el estado, ese estilo de conducción sería demoledor para Mara. La haría parecer una gobernante indecisa y sin carácter.
En un estado como este, sin control político, con un gobierno ausente y con un gobernador como Carlos Joaquín, que se va totalmente repudiado por la sociedad (4 elecciones consecutivas perdidas; cada una peor que la anterior) hace falta que se note el liderazgo desde ya. No hay liderazgo, y la sociedad lo requiere. Y Mara se demora en ejercerlo.
Hay quien aún le dice a Mara que su estilo político no debe mirarse en el espejo de la 4T, porque no es lo suyo, sino en un estilo “conciliador y de acuerdos amplios”. En el fondo, tratan de meter a Mara en la “trampa de la concordia”, que el neojoaquinismo y el viejo sistema le están armando a su alrededor. Un sistema en donde todos ellos tengan los lugares de siempre, a cambio de darle gobernabilidad y control.
¿Qué piensa Mara de eso? No lo sabemos. El 5 de junio nos dejó una candidata ganadora. Pero la gobernadora electa aún no aparece.