Por Leslie Gordillo/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El 2020 ha sido calificado como un año perdido, un año que con una pandemia y como consecuencia una cuarentena, está sacando lo mejor y lo peor de todos, en el que el mayor golpe emocional para muchos, ha sido despedir a sus colaboradores, ante la falta de ingresos, esto de acuerdo con el análisis realizado por XYZ Research, a cargo de Gabriel Zerpa y Martín Paz.
En el análisis realizado utilizando un estudio cualitativo bajo la modalidad de entrevistas a profundidad, se tomaron 18 entrevistas de los dos centros más poblados de Quintana Roo: Cancún (12) y Playa del Carmen (6), la mitad fueron hombres y la mitad mujeres, de entre 30 y 50 años.
Más allá del tema económico, que ha sido calificado como el principal problema relacionado con el COVID-19, también han tomado relevancia algunos miedos y problemas personales generalizados, que impactan directamente en el área emocional, aunque con beneficios notorios en la naturaleza.
“Existe el temor latente de que lo que estamos viviendo sea sólo el inicio de una serie de eventos parecidos que cambien el funcionamiento de sus vidas y sus negocios. La posibilidad de rondas intermitentes de cuarentena, producto de nuevos picos de infección a futuro, es algo que atemoriza a los emprendedores”, expusieron.
En relación a los principales miedos, está la variable tiempo, los emprendedores coincidieron en que a medida que pasen las semanas, aumentará la posibilidad de que ocurran saqueos, disturbios, robos, ligados a las necesidades de las personas más vulnerables. Así como el miedo de a la incapacidad de los gobiernos de enfrentar la inseguridad y que incrementen los casos de secuestros, robos y atracos.
En el área personal, la disminución o falta de ingresos, preocupa a los emprendedores que han tenido que utilizar sus ahorros para mantenerse ellos y a sus familias; preocupa también que sus proyectos no tengan la continuidad que habían planeado, además de la falta de estímulos para sacar adelante sus negocios; aunado a que muchos están endeudándose o no tienen como cubrir los compromisos ya adquiridos.
Esto ha generado a nivel emocional: temor por no tener con qué comer o por la muerte de algún familiar; ansiedad y estrés, aunque con el paso de los días han logrado adaptarse a nuevas rutinas; incertidumbre del devenir en lo social, laboral y personal; y nostalgia por la playa, paseos, salidas con amigos y familiares; y pese a que ven un oscuro panorama económico, en general hay cierto optimismo pues confían en sus capacidades de adaptarse, reinventarse y salir adelante con sus talentos.
“La situación actual ha generado un momento de reflexión sobre lo que es importante para los emprendedores en distintos ámbitos: el uso del tiempo, los hábitos de ahorro, gastos e inversión, además del cuidado de la salud. Las nuevas prioridades parecen tener efecto durante la crisis y pueden perdurar en el corto y mediano plazo”, añadieron.