Manuel Enríquez
✓ 500 años de lucha, desde la conquista.
✓ 400 mil hectáreas les quitaron
✓ Juárez, Porfirio, Carranza y Obregón los reprimen y asesinan
✓ Desde entonces todos los gobiernos, o los combaten o los marginan
✓ Sólo Cárdenas y AMLO les reconocen autonomía y les restituyen tierras
Una cruel masacre ocurrió en Bacum, uno de los 8 poblados yaquis en Sonora:
El general Pesquería, liberal juarista, envió un batallón de 400 soldados a invadir a los indígenas mayos y al conseguirlo cumplió la orden de unirse al otro batallón, de 500 soldados más, comandados por el general Bustamante.
Ambos ejércitos de casi mil soldados bien armados y con 4 cañones, tenían la instrucción de dominar Bacum. Lo hicieron y de qué manera:
Al entrar a punta de balazos en la localidad, arrestaron a unos 500 yaquis, encerrándolos en la iglesia del pueblo. Pero como ésta no tenía puertas, los soldados atrincheraron las salidas con la artillería pesada.
Ante tal circunstancia de encierro, los Yaquis trataron de escapar. Pero cuando casi lo logran, los soldados los hicieron retroceder lanzando fuego a la iglesia, misma que se convirtió en una enorme hoguera.
“El edificio se incendió como una antorcha y muy pocos lograron escapar”.
El inmueble quedó en ruinas.
Fue así, al estilo de los campos de exterminio nazi, cómo cientos de indígenas sonorenses fueron cruelmente quemados.
Esto sucedió en 1868 (la época en México de las intervenciones extranjeras gringa y francesa), a raíz de que Ganaderos de San Luis Potosí, encabezados por Ignacio del Campo, invadieron tierras yaquis, para “colonizarlas”, lo que desató las protestas de los indígenas sonorenses hasta que esa batalla culminó con el sangriento episodio de Bacum.
Benito Juárez, enterado de los hechos, no dijo nada, guardó silencio, y de esa manera avaló el genocidio.
Pero no fue el único. Los Yaquis han sido reprimidos, saqueados, asesinados, desarticulados y vejados, desde la Conquista.
Yaqui significa “persona que habla fuerte”.
Sólo con Lázaro Cárdenas y ahora con Andrés Manuel López Obrador, cómo presidentes de México, han sido escuchados y, en parte, atendidos en sus demandas. Los demás mandatarios, en el mejor de los casos los han marginado completamente.
Los jesuitas explotan a los yaquis
Desde la conquista con los españoles que los sometieron y esclavizaron hasta finales de la segunda década del siglo XXI -500 años llevan de redistencia-, se han sobrepuesto al exterminio, sin emargo no cesan las historias trágicas de su lucha en contra del exterminio étnico.
Durante el porfiriato, casi la mitad de su población fue desarraigada al llevar mujeres y niños y también a familias enteras a Yucatán dónde los sometían a severos trabajos de explotación.
Miles de Yaquis fueron desterrados por la vía de la fuerza a diversas partes del país donde los explotaron como esclavos en tabacaleras, ingenios y en haciendas del henequén, principalmente de Yucatán a dónde eran trasladados de castigo.
Pero no fue la primera represión masiva. La lucha de los Yaquis, por tierras y agua, comenzó desde que los españoles, vía los jesuitas, quienes implementaron un nuevo sistema de organización, de producción y de creencias.
Ellos, los jesuitas, fueron los que implementaron el sistema de propiedad privada con fines comerciales y trataron de abolir la propiedad comunal.
La tierra para los Yaquis tiene un profundo valor espiritual al igual que el agua y los montes (Ver: “El peritaje antropológico en la Coordinación Nacional de Antropología: un comentario general”, Víctor Hugo Villanueva Gutiérrez).
Los Yaquis prefirieron llegar a acuerdos con los españoles, a cambio de la enseñanza de nuevos cultivos y técnicas agrícolas.
Cuando los Yaquis se dieron cuenta que sólo los explotaban para comerciar, decidieron rebelarse.
Carranza y los yaquis
Venustiano Carranza autorizó al general y luego a Álvaro Obregón a exterminarlos, pero no pudieron.
No obstante, miles fueron asesinados, desterrados, esclavizados, desaparecidos.
400 mil hectáreas les quitaron
Exigen que se les devuelvan más de 400 mil hectáreas que les han quitado. Reclaman derecho agua de diversos afluentes y respeto a su autonomía de gobierno y a sus usos y costumbres, además de solicitar apoyos financieros para el aprovechamiento de esas tierras.
Primero contra los españoles, luego en el siglo XIX contra los gobiernos en turno, incluyendo el de Benito Juárez -considerando que por esas fechas los Yaquis querían independizarse como nación- y así sucesivamente en lucha contra los gobiernos en turno y caciques de la región.
Desde Juárez hasta el 2018 -a excepción de los 6 años de Cárdenas que les entregó más de 53 mil hectáreas y diversos apoyos- han pasado unos 200 años sin justicia. Gobiernos llegan y gobiernos se van y puras palabras, promesas, traiciones, desconfianzas e incumplimientos, han tenido.
No a la propiedad particular
De 1823 a 1837
Los yaquis no aceptaron la entrega de títulos de propiedad sobre su territorio, ni la implantación de una administración del Estado, ni siquiera el levantamiento de impuestos, ya que todo esto significaba para ellos la negación de su propiedad colectiva e indivisa, así como la de la autonomía de su propio gobierno
Hubo continuas batallas y rebeliones entre 1826 y 1833.
Hubo un Estado indígena dentro del Estado local, quedando cada pueblo con un gobernador y un capitán de milicias, bajo las órdenes del alcalde mayor y de un capitán general designados por la autoridad estatal. Esto redujo sus rebeliones y lograron una autonomía casi total.
En septiembre del año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto para comprar alrededor de 33 mil hectáreas a particulares ganaderos a fin de devolvérselas a los Yaquis. La política de Obrador al respecto ha Sido de darle seguimiento a la restitución de tierras decretada por Lázaro Cárdenas, además de otorgarles apoyos agropecuarios.