Por: Fabián G. Herrera Manzanilla
Aquí en la antigua Payo Obispo fundada por el insigne marino Tomás Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres, se dejaron testimonios urbanos vinculados al Centenario de la Independencia Nacional y otros a esa histórica fecha, que fue el inicio de nuestra emancipación hace ya 213 años.
Que no aquilataron su valor histórico los gobernantes quintanarroenses en contraposición con los que tuvimos cuando fuimos un enclave federal, esa es otra historia, que nos debe servir como ejemplo para ponerle un alto a la avasallarte e indiscriminada errónea idea de modernizar sin conciliar lo antiguo, que casi nos ha dejada en la orfandad patrimonial histórica.
En la entonces Avenida 22 de Enero, convertida desde principios de los años ochenta en un andador, se erigieron dos edificios que con el trascurrir del tiempo se arraigaron entre los capitalinos: El Palacio de Gobierno y la Casa de los Gobernadores, ambos ubicados en la manzana conformada entre la Calle 2 de Abril, actualmente Avenida de Los Héroes y la Avenida 5 de Mayo, enfrente del “Parque Hidalgo”, primer espacio abierto para los payobispenses, construido en 1910 en conmemoración a los festejos de los cien años de la gesta libertaria nacional, que contaba en su interior con bancas de herrería y una estatua o busto de Miguel Hidalgo y Costilla, así como un kiosco de madera y latón al oriente del mismo.
El origen del primer Palacio de Gobierno y la Casa de los Gobernadores, está vinculado a la organización política y administrativa de la nueva Entidad, recordemos que el 27 de Febrero de 1904 se publicó la Ley de Organización Política y Municipal del Territorio, dividiéndolo en tres distritos: Del Norte, del Centro y del Sur, los cuales a su vez, estaban divididos en municipalidades; Payo Obispo era la cabecera del Distrito Sur y Municipal, administrado por un Prefecto Político y un Ayuntamiento, respectivamente.
Ante la falta de edificios propios para las oficinas de la Prefectura Política y del Ayuntamiento payobispense, en los primeros años del siglo pasado, se inició la construcción de los mismos, influenciados por ese estilo arquitectónico de madera anglo-caribeño; se eligió como ubicación para la sede de la prefectura, la esquina de la Avenida 22 de Enero con la Calle 2 de Abril y a un costado derecho de éste, el Palacio Municipal.
Al trasladarse la capital del Territorio a Payo Obispo en Junio de 1915, las oficinas de la Prefectura se habilitaron para albergar al Palacio de Gobierno del Territorio, mientras que el recinto municipal payobispense se destinó para ser la residencia de los Jefes Políticos y Gobernadores en aquel entonces.
En Julio de 1917, el general Octaviano Solís Aguirre, recibió el nombramiento como Gobernador del Territorio; sobresale su gobierno por lograr la pacificación parcial y buen entendimiento con algunos de los habitantes de la Zona Maya; en Payo Obispo, dejaría un gran legado arquitectónico al proyectar la reconstrucción total del Palacio de Gobierno; se derrumbó todo el antiguo edificio para levantar uno nuevo en la misma ubicación, la obra estuvo a cargo de Don Antonino Sangri Micci y Prisciliano Ávila, inaugurándose el 16 de Septiembre de 1918, es decir, hace 105 años.
Tras el amargo episodio de escisión que sufrió el territorio entre los Estados de Campeche y Yucatán en Diciembre de 1931, superado gracias a la incansable lucha de los payobispenses, al resurgir como Entidad el 16 de Enero de 1935 a iniciativa del Presidente de la República, el general Lázaro Cárdenas del Río, la ciudad no sólo abandonaría su nombre primigenio para retomar aquel vocablo maya castellanizado como Chetumal durante la conquista en 1937; un gran proyecto de mejora y fisonomía urbana, como el alineamiento y pavimentación de las principales calles y avenidas dio inicio con el general Rafael E. Melgar, designado gobernador del recién desanexado territorio el 17 de Enero de 1935. Importante atención recibieron esos ya emblemáticos edificios, por lo que inmediatamente se implementó una restauración total procurando conservar el diseño original; no era cuestión de comodidad del gobernante en turno, simplemente se trataba de ofrecer una mejor imagen para los visitantes, propiciando con esto que los habitantes contarán con una capital digna y se sintieran orgullosos de su ciudad.
El “Parque Hidalgo” también se remozó, en la parte central se construyó una rotonda estilo “art decó”, aquellas bancas de herrería, cedieron su lugar a otras siguiendo el mismo diseño modernista de la época; sustituyendo los sencillos postes de luz por esculturales y modernos candelabros, utilizándose granito artificial de los yacimientos de mármol descubiertos en las localidades aledañas al Río Hondo de Xcopén, Cocoyol y Botes.
Por fin en 1946, la construcción del segundo y tercer piso del actual Palacio de Gobierno culminaría, permitiendo que al antiguo palacio de madera se trasladarán las oficinas de la Primera Delegación de Gobierno; la Casa de los Gobernadores, sirvió como local de la primera Escuela Secundaria por Cooperación “Andrés Quintana Roo” en 1948; antes, los vientos del huracán que impactó Ciudad Chetumal entre el 7 y 8 de Noviembre de 1942, causaron que su estructura se resintiera, posteriormente el ciclón “Janet” en Septiembre de 1955, los reduciría a escombros.
El “Parque Hidalgo” y la “Explanada de la Bandera” construida por el general Melgar, lograron salvarse de ese escenario dantesco de destrucción y desolación; irónicamente, en aras de la modernidad y sin que nadie se opusiera, fueron destruidos para instalar una plancha de concreto sin ningún valor arquitectónico y artístico, desapareciendo el estilo “art decó” que en armonía contrastaba con la arquitectura de madera que nos distinguió hasta principios de los años ochenta cuando esto sucedió; acción que por ningún motivo debe considerarse un proyecto de remodelación, por el contrario, se trató de una devastación injustificada de espacios públicos con gran valor arquitectónico e histórico que tras la conversión a Estado Libre y Soberano iniciaría.
Estos son los antecedentes de aquellas hermosas construcciones que los que pudieron contemplarlas hasta antes del fatídico viajero llamado “Janet” en 1955, los pulverizara a simples astillas.
Ojalá, el actual Palacio de Gobierno, pronto reciba una rehabilitación en manos expertas en conservación y preservación de edificios artísticos e históricos, ya que es muy poco lo que nos queda en esa zona, donde cada vez que camino por ese tramo ya no veo con nostalgia el abandonado Teatro “Presidente Ávila Camacho”, sino con vergüenza por su estado físico deplorable en el que se encuentra en la actualidad junto con las pocas casas de madera estilo “anglo-caribeño” que aún se resisten a diluirse por completo.
Así lucia Payo Obispo, hoy Ciudad Chetumal, en sus inicios. Al fondo y al centro la “Torre del Reloj”, a la derecha en primer plano una vista parcial del “Parque Hidalgo” y el edificio de la Prefectura Política habilitada como sede de la máxima autoridad del Territorio Federal de Quintana Roo, al trasladarse la capital en Junio de 1915. En la esquina de enfrente el edificio de Correos.
Imagen correspondiente a la década de los veinte, en primer plano el parque principal ya con nuevas luminarias y bancas de herrería. Después el Palacio de Gobierno construido por el general Octaviano Solís Aguirre en 1918. Al centro y hasta al fondo y en medio la “Torre del Reloj”.
Durante el gobierno del general Rafael E. Melgar, se remodeló el parque y ambos edificios de madera y láminas de zinc, pues estaban muy deteriorados.
Unas fiestas patrias ya en la moderna y elegante Ciudad Chetumal en el gobierno melgarista. Abajo la legendaria Banda de Música de Policía y arriba el general Rafael E. Melgar acompañado de algunos colaboradores y capitalinos.
Esta fue la última imagen del Palacio de Gobierno que se habilitó como sede de la Primera Delegación de Gobierno, tras concluirse en 1946 el segundo y tercer piso del palacio actual. El hada “Janet” lo borró desde los cimientos junto con varias y hermosas construcciones de madera y láminas de zinc que no soportaron el mortífero vendaval.