Por: Fabián G. Herrera Manzanilla
La historia puede abordarse desde diferentes aspectos, directamente o indirectamente vinculados con un determinado acontecimiento.
Como es el caso, de una fecha que es y será por siempre indeleble en las páginas de nuestra historia local: la llegada del “Pontón Chetumal” a la desembocadura del Río Hondo, el 22 de Enero de 1898, siendo ese el motivo, por el cual, la primera arteria de oriente a poniente trazada por nuestro fundador Tomás Othón Pompeyo Blanco Núñez de Cáceres, comandante de esa modesta embarcación, la nombró así.
Nada fue producto de la casualidad o caprichos, existió todo un contexto previo que ocasionó el arribo del pontón a estas aguas del sureste mexicano abandonadas a su suerte durante los años que duró la Guerra de Castas iniciada en Julio de 1847.
Era la vía de acceso para que los piratas modernos pudieran adentrarse a la densa y tupida selva, a explotar la riqueza forestal de estos contornos, a cambio de dar armas, pertrechos de guerra y otros artículos solicitados por los mayas rebeldes que controlaban el Estero de Chac.
Ese fue el surgimiento de aquella embarcación construida en Nueva Orleans bajo la supervisión del joven e ilustre marino Blanco quien propuso su construcción para hacer más efectiva su misión en el sur del país, consistente en poner un alto a ese libre tránsito de embarcaciones inglesas y hasta de otras procedencias en la rada y el río.
Una embarcación ex profeso para poder franquear los bajos canales de las aguas chetumaleñas, que no alebrestara mucho a los insurrectos mayas y fungiera a la vez, como una sección aduanera marítima y fronteriza, así como un puesto de control militar.
El lugar elegido por el joven Segundo Teniente de la Armada fue por demás muy estratégico: “un punto que fuera de los límites que demarca la línea divisoria, se halla situada la desembocadura y Cayo Obispo, por donde forzosamente tienen que pasar todas las embarcaciones, ya sea que monten o desciendan del Río Hondo”.
De tal forma, que en Abril de 1898, meses después de la llegada de esa embarcación y un mes antes de la fundación de Payo Obispo, hoy Ciudad Chetumal, esa sección aduanera se convirtió en una Aduana Marítima y Fronteriza, despachando de manera provisional en el “Pontón Chetumal” siendo el administrador nuestro fundador.
Algo que derivó en una reorganización total en todas las aduanas existentes en la península yucateca, creando nuevas, ampliando la jurisdicción de otras y suprimiendo algunas.
A tal grado fue el impacto que generó el arribo del “Pontón Chetumal” el 22 de Enero de 1898, al mando de un joven y valeroso marino y doce tripulantes, en forma por demás patriótica.
Que no sólo fue el puntal para el nacimiento de una nueva ciudad fronteriza cuatro meses más tarde, sino también, un hecho histórico determinante para el surgimiento de un nuevo enclave federal en 1902 llamado Quintana Roo.
El dibujo que ilustra esta reseña, está insertado en un libro intitulado “Apuntes para la Historia de la Marina Nacional”, de la autoría del Capitán de Altura, Juan de Dios Bonilla, publicado en 1946.