Agencias
CANCÚN.- Carlos Caraveo Alor, de 21 años, de oficio panadero, estuvo en el lugar y en la hora equivocada; el sábado en la noche falleció por los golpes que recibió de una multitud enardecida que creyó que él era un sicario que disparó a empleados de la empresa de materiales Maranata.
Carlos habia ido a entregar pan a un local que se ubica al lado de las bodegas de Maranata, en la Región 225, sobre avenida Centenario, a pocos metros de la avenida Kabah.
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El joven panadero terminaba de hacer la entrega cuando le cayó una multitud a golpes; eran trabajadores de la empresa Maranata que lo estaban confundiendo con uno de los sujetos que habían disparado contra empleados de la empresa, donde uno murió en el lugar y otro falleció horas más tarde en el hospital, mientras que uno más resultó herido.
El joven Carlos no entendía que era lo que estaba pasando, únicamente se cubrió de los golpes que le daba la gente, mientras le gritaban asesino sin entender por qué.
La golpiza fue tan brutal que los policías tuvieron que rescatarlo y mientras lo llevaban a la patrulla lo seguían golpeando los trabajadores.
Los elementos policíacos tuvieron que llamar a una ambulancia, la cual llegó a su base y trasladaron al panadero al Hospital General para que recibiera atención médica, porque ya no podía ni caminar.
La noche del mismo sábado, la tía del joven tuvo que ir al Hospital General para identificar el cuerpo de su sobrino, quien murió a consecuencia de la brutal golpiza que recibió por personas que lo confundieron con un sicario.
La Fiscalía General del Estado ya inició una carpeta de investigación para dar con los responsables del linchamiento del joven panadero y paguen por lo que hicieron.
Reporte24qr