Han pasado casi cuatro días de que el ayuntamiento de Isla Mujeres acordó reanudar el proceso legal para rescindir la concesión de Aguakán, aunque tres de los regidores de la bancada Morena-Verde votaron en contra, es decir, que están en favor de la continuidad de la empresa que dota de los servicios de agua potable y drenaje.
Los regidores Fernando “Chato” Bacelis, Bellamar Garrido y Valeria Aragón fueron los regidores que votaron en contra de que el síndico municipal inicie acciones para revertir la acción de desistimiento que inexplicablemente otorgó la anterior administración, sí, la del imprestable Juan Carrillo, ex priista, borgista y hoy diputado federal del PVEM.
Esta desistimiento que realizó la entonces síndico (priista) , Manuela Godoy (por cierto, madre de Fernando Bacelis) ante el Tribunal Administrativo, fue sin previo acuerdo de Cabildo.
Todo un escándalo que tres regidores de Morena-PVEM.
Una total incongruencia como parte de la 4T que estos concejales se opongan a meter al orden a Aguakán y peor aún, cuando hay un mandato popular, derivado de la consulta que se llevó a cabo en el marco de las elecciones del año pasado, de rescindir esta concesión.
Es decir, que la bancada Morena-Verde
1.- Respalda a Aguakán
2.- Consiente las privatizaciones del “PRIAN” y,
3.- Desacata un mandato popular
Y han pasado cuatro días y en Morena hacen como que la virgen les habla.
NI la presidenta estatal del partido, Johana Acosta, ni el coordinador de los diputados de Morena y presidente de la Comisión Especial Legislativo de caso Aguakán, Humberto Aldana, se han pronunciado.
Y no es un asunto como pare dejarlo pasar.
Se entiende, entonces, por el silencio de Acosta y Aldana, que Morena institucionalmente avala a los regidores de la alianza guinda-verde de Isla Mujeres y que apoyan la continuidad de Aguakán.
El continuismo es peor de lo que parece.