Mario A. Millán Cabrera/NOTICARIBE PENINSULAR
La lentitud en que se desarrollan los trabajos de investigaciones sobre la forma en que se concesionó el servicio de agua potable y saneamiento en Benito Juárez, Isla Mujeres, Puerto Morelos y Solidaridad a la empresa Desarrollos Hidráulicos de Cancún S.A. de C.V., decepcionaría hasta al ficticio detective Sherlock Holmes.
El diputado morenista Humberto Aldana Navarro, quien prácticamente se autonombró presidente de la comisión transitoria especial para el seguimiento y atención de los temas referentes a las concesiones otorgadas a la compañía Desarrollos Hidráulicos de Cancún S.A. de C.V. (Aguakan) no quiso aceptar que la investigación avanza a paso de tortuga.
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De hecho, tal lentitud fue atribuida a la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado, y no porque su director Alberto Covarrubias Cortés no pueda con el paquete, sino porque los tiempos de supervisión sobre la operatividad de Aguakan así lo establecen en el contrato de concesión que suscribió el gobierno de Carlos Joaquín, hoy flamante embajador de México en Canadá.
Alberto Covarrubias ya acudió en una primera ocasión a comparecer ante la “inquisidora” comisión transitoria especial para el caso Aguakan pero no logró convencer y la información que entregó dejó más preguntas que respuestas.
El asunto, más que avanzar, se encuentra estancado o empantanado y pareciera que resolverlo ya no tiene el mismo interés que se demostró en un principio, sobre todo porque fue bandera de campaña de la morenista Marybel Villegas Canché, a quien Aldana Navarro mastica pero no traga, pues ambos pertenecen a distintos grupos políticos dentro de su mismo partido; la senadora quiere ser candidata a la presidencia municipal de Benito Juárez, a la que también aspira la diputada federal Anahí González, quien es protegida del también coordinador parlamentario del partido guinda en el Congreso del Estado.
Este miércoles, luego del inicio tercer periodo extraordinario de sesiones de la XVII Legislatura, nuevamente se reunirán los diputados y diputadas de la citada comisión para continuar el análisis de los contratos autorizados a Aguakan.
Se espera que los ayuntamientos hayan enviado toda la información requerida por los diputados sobre los términos de las concesiones a una empresa que prácticamente se ha dedicado a exprimirle los bolsillos a cientos de miles de usuarios de cuatro municipios del norte del Estado con tremendas facturas por un ineficaz e ineficiente servicio.
El caso en contra de Aguakan recién estalló en las manos de los legisladores, pues la empresa, en lugar de mejorar, ha empeorado, al grado de dejar sin agua potable a miles de familias de Cancún, cuya demanda tiene que ser atendida por medio de pipas.
Lo que sí queda claro, es que tanto Aldana Navarro como el resto de los integrantes de la comisión, no saben cómo va a parar el asunto, ya que en caso de revocación, el gobierno tendría que devolver una millonada a la empresa.
Tampoco saben cómo vincular la voluntad ciudadana que desaprobó el desempeño de Aguakan en una consulta pública.
Como el asunto no es tan sencillo, ahora lo mejor es obligar a la empresa a cumplir a cabalidad con el contrato suscrito que, obviamente, no establece un plan estratégico para atender el desbasto de agua a consecuencia del también ineficiente servicio de energía eléctrica, como acontece hoy en día.
Como el desinterés empezó a reinar desde un principio, el diputado sin partido Julián Ricalde Magaña mejor decidió abandonar la comisión antes de salir embarrado. Nos leemos en la próxima entrega.