Carlos Chablé Mendoza
Sucede lo mismo que antes cuando la competencia era solo entre hombres, hoy cuatro mujeres buscan alcanzar la presidencia municipal y esta lucha electoral entre mujeres no es diferente.
Una, Maricarmen Hernández Solís, busca la reelección enganchada a programas e inversiones federales mientras que las otras tres: Brenda Hau Huex, Sandra Arceo Manrique y María Luisa Poot Ek hacen su lucha casi con las uñas.
La diferencia entre ellas la marca su trayectoria personal: la que quiere reelegirse creció a la sombra de su padre, militó siempre en el PRI, carece de un curriculum laboral y por tanto de experiencia en aquello de ganar el sustento diario con esfuerzo. En esto se diferencia de las otras aspirantes y de la mayoría de la gente.
Brenda, Sandra y María Luisa, destacan como mujeres pertenecientes a muy conocidas familias carrilloportenses, emprendedoras y responsables en el comercio; pioneras en actividades de aprovechamiento forestal sustentable y en labores educativas comunitarias vinculadas a activismo político casi permanente, en ese orden.
Estas tres, Brenda Hau Huex, Sandra Arceo Manrique y María Luisa Poot Ek tienen además cada una como respaldo, unas arraigadas redes familiares, el orgullo de formar parte de linajes que han contribuido al desarrollo local y sentirse parte del pueblo originario. La otra, Maricarmen, siempre invoca a quien luchó buena parte de su vida por obtener una candidatura sin poder lograrlo.
Los carrilloportenses de colonias y comunidades conocen más a unas que a otras, saben bien quién es la que prometió y no cumplió, la que saluda con sombrero ajeno, la que ha aspirado más de una vez y a la que se anima por primera vez a competir, pese a las condiciones de desigualdad, teniendo como capital principal su prestigio, trayectoria y experiencia, respaldada por su linaje orgullosamente maya.
De la ciudadanía depende que llegue a la presidencia municipal la mejor, la más comprometida, la más honesta, la más capaz y valiente para tomar las riendas del municipio muy dañado hoy por la inseguridad, que carece de apoyo efectivo para la producción agrícola, de mejores accesos a comunidades, de una ciudad que necesita mejores calles y servicios básicos como alumbrado público y recolección de basura.
Si la contienda electoral fuera en condiciones de igualdad, nadie echaría campanas al vuelo anunciando su victoria anticipadamente. Ojalá hubiera juego limpio. Alternancia. No reelección.