Hugo Martoccia
Frases y gestos. En esos dos ítems se concentró toda la atención del morenismo el pasado viernes, en la primera visita al estado de los nuevos integrantes del Comité Ejecutivo Nacional. Y las sensaciones fueron contradictorias. Demasiado contradictorias. Por un lado, mensajes muy marcados en la tónica morenista y 4T, que gustaron, y por el otro, una clara frialdad de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán ante casi todos los actores políticos locales, que se leyó como la necesidad de un “reinicio” de la relación política entre la cúpula estatal y la del partido guinda.
Lejos quedaron aquellos gestos de amistad entre Mario Delgado y Mara Lezama. La gobernadora supo construir allí una relación óptima, que le permitió hacer y deshacer casi a su antojo en Quintana Roo. El excesivo pragmatismo (y algunos intereses extra partidarios) del ex dirigente de MORENA, ayudaron a esa causa.
Quizá por eso resonó tanto una frase de Andy López Beltrán en la reunión privada que tuvo el CEN con integrantes del morenismo local. “No queremos que un sólo gobernante o dirigente tome todas las decisiones del partido”, dijo el hombre fuerte de MORENA. Parecía una frase hecha para Quintana Roo. O al menos, encaja perfectamente en esta realidad.
Andy dijo que para 2027 todas las decisiones van a ser por asambleas y encuestas. Y no son palabras menores cuando salen de quien todos consideran que es el verdadero conductor del partido. Si es por decisión popular, así será. El pasado viernes, fue el único nombre que generó aplausos genuinos entre los morenistas.
El Secretario de Organización también generó otro par de situaciones tensas con dos de los principales referentes maristas.
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En un momento, se molestó por una queja del diputado federal Humberto Aldana, que habló de errores en la formación política. “Parecen una corriente que los mandaron con consigna a decir esas cosas”, replicó Andy, con tono firme.
Luego, el propio Andy dijo que se acabó el tiempo del “dobleteo” o la multiplicidad de cargos en el partido y el gobierno. En la larga mesa de los presentes a ese encuentro privado, el único que encajaba en esa descripción era Jorge Sanen.
Sanen es, oficialmente, legislador, coordinador de bancada, presidente del Congreso del estado, y presidente del Consejo estatal de MORENA. Extraoficialmente, opera como dirigente a tiempo incompleto del partido y operador de la multimillonaria nómina legislativa.
Quizá por eso fue tan evidente el rostro tenso de Sanen durante el evento público en la región 227 de Cancún. El diputado está acostumbrado al marismo, que es una derivación pragmática (muy pragmática) del morenismo. Y también está acostumbrado a no tener que dar ninguna otra explicación que no sea la que pide la gobernadora. Nunca construyó partido ni conoce los orígenes ni las luchas de MORENA, y mucho menos entiende la mística del lopezobradorismo. Estaba incómodo en ese ámbito.
Pero más allá de eso, nada de todo lo que pasó parece ser casual. En este mismo espacio se dijo hace algunas semanas: Andy es del grupo de los que considera que la avanzada del Partido Verde ya está sobrerrepresentada en Quintana Roo. Y parece que sus diferencias con la conducción local incluyen otros factores. Quizá, tuvo la intención de que se conociera de manera inequívoca su postura.
LEJANÍA Y FRIALDAD
Si de frases se trata, otra sorprendió sobremanera desde la misma llegada de los integrantes del CEN al estado.
“Esto no es 4T”, se oyó decir una y otra vez a colaboradores de la presidenta nacional de MORENA, ni bien pisaron Cancún el pasado viernes. Lo dijeron tantas veces que nadie pudo hacerse el distraído. Fue toda una señal del clima que se viviría en las horas siguientes.
Varias personas que estuvieron en ambos eventos, el público y el privado, dijeron que esa sensación de lejanía y frialdad se mantuvo durante todo el día. No en sí en los discursos ni con la gente, sino con los referentes locales. Tanto Andy como Luisa María mantuvieron una clara distancia con todos los que se acercaban. Y apenas si regalaron una que otra foto de compromiso.
Otro dato que a todos llamó la atención es que la dirigencia nacional no se encontró en ningún momento con la gobernadora. Desde el entorno de Mara dicen que ella estaba a ocupada con las lluvias del sur del estado. Pero otros que conocen a Mara dicen que eso jamás sería un impedimento para mostrarse, aunque sea en privado, con los nuevos dirigentes.
Una cosa es cierta: pocos políticos tienen una agenda tan elástica y frenética como la de Mara para poder incluir un viaje relámpago entre Cancún y Chetumal, si hubiese querido o se lo hubiesen solicitado o aceptado. Alguna de esas opciones no sucedió. O quizá no sucedió ninguna.
LA PARTIDA LOCAL
A pesar de algunas señales nada buenas, en Quintana Roo la visita de la cúpula nacional del partido sirvió como parte del juego político local, que tiene sus propias reglas.
El evento dejó algunos mensajes que parecen claros. Johana Acosta se encargó de recibir al CEN y darle la bienvenida pública. Por lo que se dijo allí, continuará en la dirigencia hasta 2027, y parece diluirse la posibilidad de un cambio, que había surgido desde el propio marismo.
Eugenio “Gino” Segura utilizó el tiempo de su discurso para presentarse como el sucesor para el 2027. Anahí González desperdició su turno. La senadora no aprovechó el espacio para mostrar un poco más de volumen político. Se la vio, debe decirse, con algo de desgano o incomodidad en el presidium. Quizá tampoco se siente a gusto con ese nuevo grupo.
A ese lugar también llegó la secretaria de Gobierno Cristina Torres, presentada como “enlace de la gobernadora”. La funcionaria ya ha dicho que va a pelear su chance en el 2027. Y abajo en primera fila estaba la alcaldesa de Cancún Ana Paty Peralta, que es hoy la principal competidora de Gino. Una línea aparte merece Marybel Villegas. La inminente diputada federal miró el evento casi desde afuera.
Todas esas también fueron señales políticas. En ese ámbito puramente local, Gino volvió a marcar una distancia con los demás; se mueve como el elegido. Pero si la relación entre Mara y la dirigencia cambia, otras muchas cosas podrían cambiar. Habrá que estar atento a esa situación.
Como se ve, hubo muchas frases y gestos preocupantes. Pero alrededor de la gobernadora dicen que se trata fotografías que no muestran la película completa. Aseguran que la relación de Mara con la cúpula de MORENA es óptima y no hay queja alguna de ninguna de las dos partes. Puede ser; sólo es cuestión de tiempo para averiguar cómo sigue esta relación.
Por cierto. Las frases que no se pronunciaron también dicen mucho. Por ejemplo, Luisa María Alcalde no nombró ni una vez a Mara en su largo discurso. Ni para saludar. La presidenta de MORENA hace política prácticamente desde que toma decisiones por sí misma. Para alguien con ese colmillo político, es difícil imaginar que esa ausencia sea tan sólo un mero descuido.