Dr. Joaquín Martos Crespo
La Guerra de Castas (1847-1901) fue uno de los acontecimientos históricos más importantes de la historia de la Península de Yucatán, como de México. Un hito que provocó que la comunidad maya liderada por Manuel Antonio Ay, Cecilio Chi y Jacinto Pat se levantaran en armas contra la opresión de la población blanca que seguía sometiendo, humillando y “esclavizando” a los mayas en las haciendas, de una manera semejante al sistema de encomiendas de la colonia, pero incluso con menos derechos.
Este movimiento rebelde tuvo, desde mi perspectiva, un impacto similar al que los mayas habían intentado en el año de 1546 (el famoso 5 Cimi 19 Xul) que exhortaba la aniquilación de los españoles y la recuperación de sus tierras. La diferencia entre estas rebeliones es la que una duró apenas unos meses, y la Guerra de Castas más de cinco décadas. Pero su impacto fue similar, impregnar el miedo a los grupos de poder, y que ambas se impactaron de manera amplia en las regiones que hoy ocupa el Estado de Quintana Roo, como la zona oriental de Yucatán.
Tras el fracaso del alzamiento de 1546, los mayas se refugiaron en lo que los españoles denominaron La Montaña, una extensa zona que comprendían los antiguos cacicazgos mayas de Uaymil, Chactemal, Ekab, entre otros, que a la postre serán parte de los territorios que conformarán el estado de Quintana Roo. El caso de Bacalar sería de control español, pero debido a la lejanía con los principales ayuntamientos sería abandonado a manos de los mayas hasta que en el siglo XVIII el gobernador Antonio Figueroa Silva lo recupera expulsando a los mayas, como a los británicos que se habían asentado en la zona de Belice. En esta extensa zona de la Montaña, los mayas seguirían con sus tradiciones religiosas, socioeconómicas y políticas, desarrollando un intercambio con los mayas del noroeste que se acercaban de manera esporádica para intercambiar producto y objetos, estableciéndose y manteniendo lazos entre los sometidos y no sometidos.
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Pero 301 años después en el mismo territorio, en la misma zona o región los mayas iniciaron un nuevo levantamiento, la Guerra de Castas, que finaliza en 1901 cuando Ignacio A. Bravo entra triunfante en Chan Santa Cruz, poniendo fin a un conflicto de más de 50 años, como le había ordenado el presidente Porfirio Díaz para poder controlar esta rica zona, que era clave para su gobierno debido a su frontera con Belice. Por lo que la Guerra de Casta, en mi opinión, es un hecho fundamental para la creación del Estado de Quintana Roo, ya que el general Díaz, primeramente, el 24 de noviembre de 1902, le concedió el estatus de Territorio Federal, con la finalidad de controlar los extensos recursos forestales, como he indicado en líneas anteriores, coincidiendo con las antiguas tierras de La Montaña.
Este rico y extenso territorio mantuvo su estatus de Territorio Federal hasta el año de 1974, cuando con la presidencia de Echeverría se logra obtener el reconocimiento de Estado. Pero, cabe recalcar, que lo que hoy en día es Quintana Roo es producto a la lucha de los pueblos mayas durante la Guerra de Casta, que anhelaban un territorio para su desarrollo, a partir de la exigencia de su liberación de los abusos de la población oligárquica. Pero la lucha del pueblo maya no acaba, sino que continua para mantener a flote su cosmovisión religiosa, su economía, su cultura y su lengua, que sigue siendo un símbolo de Quintana Roo, como población mayoritaria.