Agencias
Kantunilkín.- Desde tempranas horas de la mañana, el panteón municipal de Kantunilkín se llenó de vida.
Personas de todas las edades acudieron para rendir homenaje a sus seres queridos que ya no están, llevando consigo ofrendas florales, chocolates y panes, entre otros.
El día inició con una misa oficiada por el párroco local, Diego Pat, quien pidió por el descanso eterno de los difuntos.
Decenas de personas participaron en la ceremonia, encomendando las almas de sus seres queridos.
A lo largo del día, el número de visitantes fue en aumento.
Mientras algunos dedicaban tiempo a limpiar las tumbas de sus familiares, otros se reunían para elevar plegarias, recordando con amor y respeto a quienes ya han partido.
SIM