Por Jorge González Durán
En 1976 entrevisté al general maya Juan Bautista Poot, por mediación de Hipólito Kau Puc, entonces secretario general de Ayuntamiento de Felipe carrillo Puerto, que presidía mi amigo Sebastián Estrella Pool. Yo entiendo bien la lengua maya, pero la hablo con muchas deficiencias. Hipólito me ayudó a llevar la conversación de manera fluida. Cuando me despedí del general se me quedó mirando y señalándose a sí mismo dijo: castlan, castlán, Petén. Hipólito tradujo sus palabras que tenían la resonancia de siglos: “Dice que us antepasados vienen del Petén y que descienden de un gran guerrero que hablaba castlán”.
El 22 de marzo de 1517, algunos soldados de la expedición de Francisco Hernández de Córdoba, desembarcaron en Campeche en busca de agua. Bernal Díaz del Castillo consigna en su Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, lo siguiente:
“Y porque en aquellos ancones y bahías mengua mucho la mar, y por esta causa, dejamos los navíos anclados más de una legua de tierra y fuimos a desembarcar cerca del pueblo. Y estaba allí un buen pozo de agua, donde los naturales de aquella población bebían, porque en aquellas tierras, según hemos visto, no hay ríos; y sacamos las pipas para las henchirlas de agua y volvernos a los navíos. Y ya que estaban llenas y nos queríamos embarcar, vinieron del pueblo obra de cincuenta indios, con buenas mantas de algodón, y de paz, y a lo que parecía debían de ser caciques, y nos dicen por señas que qué buscábamos, y les dimos a entender que tomar agua e irnos luego a los navíos, y nos señalaron con las manos que si veníamos de donde sale el sol, y decían: Castilan, castilan; y no miramos en lo de la plática del castilan”.
En 1519, la armada de Hernán Cortés llegó a Cozumel. Y esas palabras dichas por los mayas en Campeche: castilán, castilán, de las cuales él tenía información por Bernal Díaz del Castillo, fueron la pista para indagar que en los entonces desconocidos dominios mayas vivían dos españoles: Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero. Les envío cartas para unirse a la armada. Jerónimo viajó a Cozumel y se incorporó a Cortés. Gonzalo decidió quedarse y caminó a la leyenda al convertirse en uno de los capitanes mayas que encabezaron la resistencia a la conquista.
Hoy me encontré esta foto con el general Juan Bautista Poot, y sus palabras golpearon mi memoria: castilan, castilan, o castlan, castlan, y esa historia desconocida de los descendientes del guerrero que habita en el mito, que es el tiempo sublimado.