La delincuencia y la inseguridad siguen siendo asignaturas preocupantes en la entidad, y hasta el momento no hay una estrategia efectiva para revertir los hechos violentos que se reproducen en el sur, norte y centro del Caribe mexicano.
¿Por dónde empezar?
Hasta ahora, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) ha ofrecido un proyecto para agilizar los procesos y sentenciar a los delincuentes que verdaderamente sean culpables. Su presidente, Heydén Cebada, lleva dos años en el cargo y mantiene la inercia de sus antecesores.
Mientras tanto, la Fiscalía General del Estado (FGE) ha llamado más la atención por los asuntos políticos “resueltos”. Aún no se entiende por qué se le dio 12 años más en el cargo a su titular, Raciel López. La realidad es que la impunidad sigue imbatible.
Asimismo, la Secretaría de Seguridad Ciudadana fue entregada a la Armada durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador. En el actual gobierno estatal se le dieron nuevas atribuciones, como inteligencia e investigación, pero se siguen esperando resultados.
Aparte, como en todos los estados, cuando hay una crisis se llaman más elementos de la Guardia Nacional. Quintana Roo no parece estar exento de los imperceptibles logros de esta corporación federal.
Con el cambio de mando en el Gobierno federal, se esperan nuevas estrategias para abatir la delincuencia. Pero urgen definiciones. Ya lo dijo la gobernadora Mara Lezama: estamos ante un flagelo.