MÉRIDA.- Una de las tradiciones más arraigadas en el estado y en el país, que conlleva romerías y concentraciones multitudinarias, es la presentación del Niño Dios y la celebración de la Virgen de la Candelaria, la cual en su día ha sido restringida por la pandemia de COVID-19.
En Yucatán, las limitaciones para la conmemoración comunitaria y la fiesta popular no han sido la excepción.
El obispo auxiliar Pedro Mena encabezó la eucaristía correspondiente a la Virgen de la Candelaria en el templo dedicado a su devoción con la presencia sólo de 18 personas como lo dictan las normas sanitarias para ese tipo de encuentros religiosos.