ROMA.- El Gobierno italiano tiene previsto prolongar las medidas de confinamiento y cierre de actividades no esenciales por la emergencia sanitaria del coronavirus hasta el 3 de mayo, con algunas excepciones a partir del 14 de abril, como papelerías y librerías.
Italia registra hasta este viernes 18.279 fallecidos por COVID-19, el mayor número en Europa, por encima de España que contabiliza 15.843.
A pesar de las peticiones de la patronal italiana para reabrir las empresas, el Gobierno de Giuseppe Conte tiene la intención en las próximas horas de presentar otro decreto que prolongue las actuales medidas que por el momento tienen vigencia hasta el 14 de abril, cuando terminan las vacaciones de Semana Santa.
Según los diarios de este viernes, que adelantan la intención del Gobierno basándose en sus fuentes, se prepara sólo la apertura de librerías y papelerías a partir del 14 de abril, al igual que las empresas que fabrican maquinaria agrícola, las que secan o trabajan la madera y, tal vez, las tiendas de ropa para bebés.
La llamada “fase 2” de reapertura gradual del confinamiento y de las actividades anunciada por Conte se iniciará a partir del 4 de mayo, aunque los ancianos y las personas con mayor riesgo se prevé que deberán permanecer aislados.
La tregua llega en pleno Viernes Santo, durante el cual el papa Francisco, líder espiritual de 1.300 millones de católicos, contemplará por la noche a dos grupos de cinco personas en la inmensa plaza de la Basílica de San Pedro en Roma reviviendo para millones de internautas y telespectadores el Camino de la Cruz, el calvario de Jesús, desde su condena hasta su crucifixión y su muerte.
Esta sobrecogedora imagen es una de las tantas impensables consecuencias de la pandemia de COVID-19, que ha dejado 96.344 muertos y más de 1,6 millones de infectados en el mundo según el último recuento de la AFP, y tiene confinada a más de la mitad de la población.
Francisco ya ofició la misa del Jueves Santo, que recuerda la Última Cena de Jesús, frente a un reducido número de asistentes, ante quienes recordó a los “más de sesenta curas muertos en Italia mientras se ocupaban de enfermos en los hospitales”.