Transcurrida la primera semana de las campañas para ayuntamientos y la Legislatura local, sigue dando mucho que desear el “funcionamiento” del oficialismo, es decir, Morena-PVEM-PT, y la oposición PAN-PRI y MC.
Por el lado del oficialismo, vemos que sus “jugadores” están inmersos de elección de estado. Más que por sus propias cualidades, sus “fortalezas” son la “marca”, los programas sociales y una profusa estructura que se desprende de los propios gobiernos municipales.
A su vez, la oposición, en su conjunto, parece estar participando en un partido de fuerzas básicas y se conducen con una organización precaria. Van por el resultado que sea. Muchos de sus candidatos a alcaldes solo contienden por ser regidores plurinominales y los partidos, de igual forma, van tras las migajas de diputaciones de representación proporcional que el oficialismo les permita.
En general, estamos ante contiendas poco innovadoras, desiguales y aburridas, y sus resultados son muy predecibles.
Hasta ahora, las campañas parecen ser prácticamente un trámite obligatorio, de “forma” y de rutina, es decir, “moleras”.