Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- El 1 de mayo, un jaguar, una especie en peligro de extinción, fue hallado sin vida a un costado de la autopista de cuota 180D, en el tramo entre Playa del Carmen y Chichén Itzá, justo después de pasar la caseta de ‘El Tintal’. Ulises Morales, quien conducía por la zona, fue el primero en reportar el hallazgo del felino, identificado científicamente como Panthera onca.
El jaguar presentaba una amputación de la cola, detalle que incrementa la gravedad del incidente. Sin embargo, poco después de su hallazgo, el cuerpo desapareció misteriosamente, lo que ha generado dudas sobre si las autoridades correspondientes, como la Profepa, fueron notificadas a tiempo para realizar la necropsia y encargarse del cadáver o si fue sustraído por terceros.
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Este evento fue documentado por el colectivo ‘Jaguar Wildlife Center AC’ a través de sus redes sociales, destacando la importancia de tomar medidas urgentes para proteger a esta emblemática especie. La desaparición del cadáver impide realizar estudios que podrían ayudar a determinar las causas de su muerte y evaluar la salud de la población de jaguares en la región.
El caso pone de relieve los riesgos que enfrentan los jaguares debido a la fragmentación de su hábitat por infraestructuras viales. Las autoridades y organizaciones de conservación deben redoblar esfuerzos para proteger a estos animales, garantizando que sus hábitats estén conectados y que puedan desplazarse de manera segura en sus territorios naturales.
Los jaguares habitan en 18 países, desde México hasta Argentina, siendo Brasil el país con la mayor población mundial de estos felinos. Prefieren una variedad de entornos, incluyendo bosques tropicales húmedos y secos, sabanas y áreas de arbustos.