Por Max Torres/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- La Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) anunció este viernes que sus miembros extenderán voluntariamente hasta el próximo 15 de septiembre la suspensión de las operaciones de cruceros desde los puertos de Estados Unidos.
Esto significa malas noticias para los puertos de Quintana Roo, como son Cozumel y Mahahual.
A través de un comunicado de prensa, CLIA informó que la situación actual por COVID-19 en la Unión Americana obligó a tomar la decisión.
“Debido a la situación actual en los Estados Unidos relacionada con COVID-19, las líneas de cruceros miembros de CLIA han decidido extender voluntariamente el período de operaciones de pasajeros suspendidos”, precisó la asociación.
CLIA subrayó que la actual Orden de No Vela emitida por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EU vencerá el 24 de julio, y aunque esperaban que la actividad de cruceros pudiera reanudarse lo antes posible después de esa fecha, cada vez es más claro que será necesario más tiempo para resolver las barreras a la reanudación en los Estados Unidos.
CLIA confió en que los futuros cruceros serán saludables y seguros, además, reflejarán plenamente las últimas medidas de protección.
“Por lo tanto, hemos decidido extender aún más nuestra suspensión de operaciones desde los puertos de Estados Unidos el 15 de septiembre. El tiempo adicional también nos permitirá consultar con los CDC sobre las medidas que serán apropiadas para la eventual reanudación de las operaciones de cruceros”, señaló.
Y agregó “esta suspensión voluntaria se aplica a todos los miembros de CLIA a los que se aplica la Orden de Prohibición de Navegación (buques con capacidad para transportar 250 personas o más). Las líneas de cruceros miembros de CLIA evaluarán continuamente la situación en evolución y determinarán si es necesaria una nueva extensión”.
En 2018, la industria de cruceros apoyó más de 421,000 empleos en los Estados Unidos, con cada 30 cruceros de puertos de ese País. Cada día de la suspensión de las operaciones de cruceros en la Unión Americana produce una pérdida total de aproximadamente $110 millones de dólares en actividad económica y hasta 800 empleos estadounidenses.