Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
–Dicen que el Presidente (López Obrador) no lo quiere…
No, la verdad no es así, cuando estás en esta posición surgen cualquier cantidad de rumores. ¿Qué es lo que yo he sentido en estos casi cuatro años?: un respaldo a la capital y a la policía de la Ciudad de México por el gobierno federal. ¿Quién encabeza el gobierno de México?, pues el señor Presidente, y nunca hemos tenido algo mal.
Omar García Harfuch aún no cumple los 50 y desde la Secretaría de Seguridad, es decir, desde la policía, ha escalado en las encuestas de popularidad hasta el primer lugar y con seguridad responde: Estamos listos para enfrentar cualquier reto en la ciudad.
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–En el Zócalo… ¿no le han hecho el feo?
“No, jamás, al contrario, hemos recibido un gran apoyo. Creo que si fuera cierto no estaría donde estoy. Difícilmente estaría cumpliendo las tareas encomendadas. A diario trabajamos con el gobierno de México, o sea, todos los días, y nosotros estamos apegados a la estrategia de seguridad del gobierno de México.
También se ha dicho que había una diferencia entre lo que hacemos aquí en la ciudad y lo que se hace en el país, y es falso totalmente. Si hay una ciudad que está totalmente adherida a la estrategia de seguridad federal, somos nosotros. Y no sólo se trata de operativos violentos; atendemos las causas, mejoramos las condiciones de la policía, hacemos trabajos y detenciones con mucha mayor investigación e inteligencia; somos una policía que no reprime, por eso digo que somos los más apegados a la estrategia de seguridad del país.
–El asunto es que se le señala como parte del conflicto en Guerrero, de la desaparición de los 43.
“Para mí ese hecho fue muy duro. No creo que haya un mexicano o mexicana que no diga que es una de las tragedias más grandes que ha sufrido nuestro país, y que te involucren en él es verdaderamente doloroso, más cuando tú sabes que no sólo no tuviste participación, sino que ni siquiera estabas en el estado, en Guerrero.
Yo estaba en Michoacán y no estaba reunido con dos personas que podrían cubrirme mientras me hallaban en otro sitio, pero no, se trataba de un despliegue en Nueva Italia, Michoacán, y no en Guerrero. Eran despliegues enormes, más de 300 personas cuidando la zona. Ahí estaba Hipólito Mora, que acaba de perder la vida, y su grupo de autodefensas. Ese día estuvimos juntos, todos me vieron. Debe haber registro en el hotel de Buenavista Tomatlán, donde nos hospedamos; entonces, pues sí, ha sido muy incómodo, muy incómodo que te quieran relacionar con un hecho tan trágico y lamentable como ese. Nunca participé en Ayotzinapa, nunca estuve, no participé en las investigaciones, ni siquiera en el caso de manera activa.
Su misión era asesinarme
–Omar García sufre un atentado, ¿hubo mensaje en el ataque?
“Primero, agradezco a la policía la reacción tan rápida que tuvo y que permitió que hoy esté aquí. Fue una acción muy lamentable para las instituciones de seguridad; dos de mis compañeros perdieron la vida. Agradezco a la policía porque llegaron muy rápido en la camioneta. Íbamos tres personas, dos mueren en la misma camioneta y más que enviar un mensaje ellos tenían una misión: asesinarme.
“Pero a diario hay compañeros que sufren situaciones delicadas, nada más que no son mediáticas… tan sonoras, y nosotros, desde el día uno que trabajamos en esto, pues sabemos también a qué estamos expuestos. Entonces, hubiera sido terrible y me atrevo a decir que patético que quieras servir a tu país, a tu ciudad, cuando todo está bien, y si pasa un atentado donde fuiste lastimado físicamente y pierdes a dos de tus compañeros queridos y las cosas se ponen difíciles, te quieras salir. Sería un terrible mensaje para la policía y para varias instituciones de seguridad.
“Obviamente, hay dolor, pero en ningún momento pensamos en salir. No he recibido amenazas de nadie, pero si las recibiera no les haría caso porque yo voy a ser jefe de la policía hasta que mi mando así lo determine, hasta que concluya mi cargo; mientras, vamos a seguir trabajando y no tenemos por qué hacer caso a quienes estamos combatiendo, si ese fuera el caso.
–Hay muchos para quienes los peros no paran, y uno de ellos es que los peligros a los que se enfrenta lo mantienen encerrado en las oficinas del último piso de la secretaría después del atentado que sufrió, ¿eso es verdad?
“No salgo como la mayoría de la gente, definitivamente no; tengo una condición de seguridad más delicada que otras personas, creo que también una cosa es salir a dar la vuelta y otra cosa es salir a resolver.
“Constantemente salimos a reuniones con la gente en diferentes alcaldías, porque es ahí donde tomamos el pulso y donde podemos medir qué es lo que está pasando. En esas reuniones tenemos mecanismos de diálogo. Quienes por tiempo no es posible que tomen la palabra pueden dejar sus ideas, expresar sus quejas en buzones o en otras formas que ponemos a su disposición, y sabemos que por más que nuestros reportes, los que elabora la policía, sean certeros, hace falta oír a la gente.
“Salgo cuando tengo que salir. Salgo si hay una finalidad. No me vas a ver en un restaurante, en un cine o en un bar, eso no va a pasar. Si me traslado a alguna alcaldía es porque aquí no caben y es necesario que acuda a escucharlos, en caso contrario no salgo.
–Para convertirse en jefe de Gobierno hay que cumplir requisitos mínimos: conocer la administración pública, saber de política y conocer la ciudad, ¿cómo anda en esas materias?
“Tenemos una gran responsabilidad en la administración del recurso que se nos presupuesta y estamos apoyados también por un gran equipo de administradores, porque hay que reconocer que cada quien tiene sus fuertes.
Yo me dedico más a la resolución de las tareas diarias y la parte de la administración la recargamos en el equipo dedicado a esa tarea, y en él confiamos por su integridad, porque puedes ser un experto en administración, pero también puedes ser un experto en administrar para robar. Hemos aprendido un poquito y nos sentimos preparados para cumplir con cualquier tarea que tengamos que hacer en la ciudad.
–¿Y en lo político?
“No somos políticos, esa es la realidad. Nunca hemos tenido un puesto político. No hacemos un trabajo político a diario. Mi tarea ha sido muy clara. Yo llegué aquí con una tarea y una instrucción de la doctora Claudia Sheinbaum muy clara: bajar los índices delictivos, mejorar la policía; en pocas palabras: mejorar la Ciudad de México donde y desde donde nos toca.
Evitamos repetir errores
–Se dice que en el último experimento que se hizo para llevar a una persona a la jefatura de Gobierno desde el ámbito de lo policiaco se encumbró lo frívolo y no le fue bien a la capital. ¿Cómo la ve?
“Yo tengo mi formación muy clara, no sólo la formación que me han dado las instituciones de seguridad desde que me incorporé cuando era muy joven, sino desde mi casa. Ahí me enseñaron que tenemos tareas que cumplir. ¿Cuáles? Las que determinen que tenemos que cumplir. Ahorita el encargo es el de jefe de la policía, en eso estamos concentrados.
En seguridad es muy dado que si te sientas con el nuevo secretario o con el nuevo fiscal, te hablan mal de todo lo que hizo el anterior. Nosotros no nos fijamos en lo que hicieron las personas que estuvieron antes. Nos fijamos en sus errores, eso sí, para no volverlos a cometer.
–Y platíquenos, ¿le parece suficiente después de todo este tiempo, y de su trabajo, que en las encuestas le den una buena ventaja sobre otros posibles y se diga que usted puede ser jefe de Gobierno de la capital de México?
A nosotros, y hablo en plural porque somos un equipo, nos da muchos gusto si una encuesta refleja buenos números, porque quiere decir que la gente reconoce que estamos trabajando, pero nosotros estamos enfocados en la seguridad, porque en este trabajo no se permiten las distracciones. No puede haber agendas paralelas. (Y entonces recuerda que los delitos de alto impacto han bajado hasta 45 por ciento).
“Creo que cuando eres servidor público que está dedicado a trabajar sin distracción alguna la gente lo reconoce, y entonces nos sentimos capaces de cumplir con cualquier tarea, con cualquier tarea que sea en beneficio de la sociedad. La gente reconoce cuando alguien trabaja y cuando no eres más que un show.
Yo nací aquí, en la Ciudad de México, pero estoy registrado en Morelos. Nací en un hospital de aquí y he trabajado toda la vida para mejorar las condiciones de mi país, para comprometerme, y para ello hay que hacer grandes sacrificios, con repercusiones personales como no asistir al nacimiento de una hija.
–Pero usted tuvo de todo, ¿por qué complicarse la vida en cuestiones de seguridad?
Sí, yo tenía una vida con bastantes comodidades, pero sentía que no estaba haciendo nada por mi país. Por parte de la familia de mi padre siempre hubo un servicio al país, y mi mamá, a su manera, siempre fue una mujer productiva y yo sentía que no hacía nada, así que empecé como jefe de departamento en el nivel más bajo. Tuve una vida muy cómoda, llena de privilegios, y creo que eso, en mi caso, te obliga a más.
–¿Está listo para la encuesta de Morena?
No sé si estoy listo porque no sé si voy a estar, y si mi mente empieza a estar en la encuesta no voy a estar en la seguridad.
–Pero… ¿listo para enfrentar cualquier reto en la ciudad?
¡Sí, por supuesto. Listo!