Gilberto Avilez Tax
¿En verdad fue el 15 de octubre la fundación de Santa Cruz- Felipe Carrillo Puerto?
En el calendario ritual oficial de Quintana Roo, en octubre, el mes lunar, existen dos celebraciones un poco contrapuestas que se festejan, una más lúcida y frívola que la otra. Una es la celebración del 8 de octubre, fecha que se conmemora la creación del estado de Quintana Roo, dejando de ser el feraz y lejano Territorio federal por decreto presidencial del hoy olvidado ex presidente Luis Echeverría Álvarez, en 1974.
Echeverría, tenemos que decirlo, ha sido el verdadero padre político de los tótems del nativismo, de una clase política quintanarroense ya en retiro desde hace más de dos décadas, y de alguno que otro ex gobernador que en esos días de fiesta y sarao, le crece la vitalidad al pavonearse entre tanta pasarela y engalanar con discursos barrocos cada 8 de octubre, día de un nativismo que ya no tiene razón alguna de ser, aunque en ese día se prenda el copal de mí “curvatenidad”, se celebre la “gesta” del comité pro-territorio, vuelva por sus fueros el fantasma de Pedro Pérez Garrido, y se execre contra la memoria de don Margarito Ramírez; al mismo tiempo que se olvide, con selecta memoria, el hecho más que obvio, de que Luis Echeverría engendró en dos ocasiones a Quintana Roo: la primera, en términos económicos, al dar fuerza y echar a andar el Proyecto Cancún una vez llegado a la silla presidencial, y la otra, al aceptar la necesaria instauración del Estado de Quintana Roo, vía la colonización dirigida y el imán que a la larga sería Cancún, modificando no solo a la antigua selva quintanarroense donde antes cruzaban solo los saraguatos y los chicleros, sino a toda la Península y hasta el sureste mismo.[1]
Pero si el 8 de octubre se celebra con bombo y platillo en el Congreso local, se toman las fotos con sus mejores galas los políticos de todos los colores, sabores y olores; y se trae a los bufones en turno, a los poetas, músicos y pintores oficiales; el 15 de octubre es una fecha donde, al parecer, es un asunto netamente local. ¿Qué sucedió ese día? Dicen que la fundación de Santa Cruz, la antigua Chan Santa Cruz, el centro unificador de los bandos desperdigados de los mayas rebeldes, una vez muertos los caudillos Cecilio Chi y Pat. La memoria oficial ha aceptado, sin chistar, el dato que establece Victoria Bricker en su célebre libro “El Cristo indígena, el rey nativo”: “que fue el 15…de octubre que yo empecé á hablar…en el año de 1850”. Se trata del comienzo de la Proclama en lengua maya de Juan de la Cruz, adivino de X Balam Na, dirigido a sus conciudadanos.
Esa fecha, para los intelectuales orgánicos al servicio del poder, representa la primera piedra de “fundación” de la “ciudad”, “como recinto Sagrado”, entre otras incoherencias que no tienen sustento histórico alguno. De hecho, no existe una fundación como tal de “Santa Cruz”, escriturada, recordada, grabada en pergaminos, o presente entre la memoria oral, pues lo que señala la proclama de Juan de la Cruz es claro, no se refiere a una fundación de un pueblo, de una ciudad o de una aldea: se refiere a la manifestación de un culto religioso. Esa interpretación, de ver al 15 de octubre como fundación de una ciudad, es demasiado colonialista, pues busca inicios exactos donde no lo hubo. Es querer hacer a la fuerza, la analogía con la fundación de Mérida, de Valladolid, o del 5 de mayo de 1898 de Payo Obispo. La historia de los orígenes de Santa Cruz habría que verla con más perspicacia, refiriéndonos siempre al contexto de guerra y repliegue a la selva de los mayas; nadie pensaba que habría fechas rotundas, momentos prístinos de incubación.
¿Por qué 15 de octubre? Tal vez esta fecha tenga que ver, como hemos dicho, con la pésima lectura de un libro, en busca de efemérides para crear fechas de inicio, cuando no hay certeza inequívoca de inicio alguno. Hay autores como Serapio Baqueiro –referido por Gabriel Menéndez en un pasaje de su Álbum monográfico de Quintana Roo cuando habla de la fundación de Chan Santa Cruz-que establecen como fecha a noviembre de 1850, pero no es necesario recurrir a otros autores. La misma Bricker, a la cual han recurrido algunos falsarios de la historia de la Guerra de Castaspara enarbolar el 15 de octubre, nos ayudará a dilucidar la cuestión.[2] Una cosa fue la primera aparición, o la primera manifestación religiosa del culto de la cruz parlante, y otra la cosa más terrenal, el momento en que Barrera traslada su cuartel de Kampocolché, a una zona más oculta y lejana, “entre breñales y bosques”, como escribiera Napoleón Trebarra, en Los misterios de Chan Santa Cruz. ¿Cuándo sucedió? Los estudiosos de la Guerra de Castas, concuerdan que no hay fecha exacta, pero establecen entre marzo y octubre de 1850, cuando Barrera decide poner su cuartel general en un lugar con un cenote conocido con el nombre de Chan Santa Cruz (pequeña Cruz), a las afueras de lo que hoy es Felipe Carrillo Puerto. En el tronco de uno de los caobos cercanos al cenote, Barrera grabó una cruz, una “pequeña cruz”, que daría el nombre al lugar y crearía un elemento dinamizador y cohesionador de un pueblo que crecería luego. Victoria Bricker, volvemos a repetir, en este párrafo desmiente a los que utilizaron, a sabiendas o no de su error, la fecha del 15 de octubre como fundación de Santa Cruz:
“Dicha cruz [la primera cruz, la labrada en el caobo] dio origen a un culto religioso que se inició en algún momento entre la primera semana de mayo, cuando Kampocobché fue tomado por los soldados ladinos, y la primera semana de enero del año siguiente (1851), en que los indígenas trataron de reconquistar esa población”.[3]
Es decir, no existe fecha alguna de inauguración, de “fundación”: la fundación como tal, como hemos dicho, apela a una idea lineal de la historia, occidental de los hechos. Pero los mayas comenzaron a llegar una vez que Barrera estableciera ese sitio estratégico, en los meses de marzo y octubre de 1850. El culto a la Cruz Parlante, por supuesto, su primera manifestación como tal, con el “aparato religioso” que Barrera estableció con Manuel Nauat, se fecha en otoño de 1850, o para ser exactos, 15 de octubre, pero, ¿en verdad fue un 15 de octubre? La memoria es lábil. Lo que sí sabemos, fue que en las entradas que hicieron los soldados yucatecos al nuevo santuario, el culto había desembocado en una considerable población. En la entrada que hiciera Juan María Novelo en el nuevo bastión rebelde, las primeras impresiones del nuevo culto son conmovedoras. Se decía que “De todas partes del interior bajan á Chan Santa Cruz porción de familias con el exclusivo fin de conocer y adorar á las cruces, encenderles velas y obsequiarlas con dinero, maíz y otros efectos que recibe el patrón para entregar al mencionado Barrera”[4].
Si no podemos establecer una fecha exacta, 1850 y 1851 se consideran los años del inicio, pero hay algo más. ¿En verdad lo que fue el nuevo cuartel de Barrera, era un punto desconocido para él y los suyos? No lo creo. Los hombres y mujeres de mediados del XIX conocían más que nosotros los vericuetos de la selva, los antiguos caminos que eran apenas trochas y senderos bajo “la montaña”. Recordemos que Tihosuco, Tituc, Chunhuhub, Sacalaca, eran pueblos cercanos a la región de Santa Cruz, y por ahí estaba cercana la bahía de la Ascensión. ¿Cómo entonces no conocer ese cenote y ese paraje? Barrera no se basó en la simple casualidad para establecer su nuevo cuartel. Recordemos que Santa Cruz fue un punto estratégico para atacar a Peto, Valladolid y Bacalar, poder replegarse con seguridad, y teniendo un cenote para abastecerse de agua. Había que agregar la cercanía que da escaparse o tener tratos comerciales con el inglés por la costa cercana del Mar Caribe, en la Bahía de la Ascensión, distante a tan sólo 56 kilómetros de Santa Cruz. Nada se crea de la nada.
Sin fecha exacta de la fundación de Santa Cruz, hay que decir que esto no modifica en nada lo que vino luego, en las décadas siguientes a 1850: la creación de la territorialidad rebelde, con Santa Cruz como capital de este grupo de mayas que decidieron continuar la guerra, a contra pelo del estado yucateco y el estado mexicano. En este año de 2021, cuando el gobierno federal reivindica a los indígenas, haciendo el análisis del pasado, bien viene a cuento seguir insistiendo, de que el origen de Quintana Roo descansa en esos meses de marzo a octubre de 1850, cuando Barrera traslada su cuartel de Kampocolché a lo que sería Santa Cruz, se crea el culto a la cruz parlante, y la gente, los primeros ciudadanos de una república indígena libre que construyeron su autonomía, peregrinos al principio, comenzaron a llegar.
[1] Resulta por lo demás conmovedor, que el año pasado, en las celebraciones grises (por la pandemia) del cincuentenario de Cancún, el último gobernador del Territorio, David Gustavo Gutiérrez Ruiz, en una conferencia que dio en la Biblioteca de la Crónica de Cancún en marzo de ese año, aseveró que el verdadero creador de Cancún era el ex presidente Echeverría Álvarez. Por supuesto, a Echeverría no se le recuerda por eso, sino por el jueves de Corpus Christi (el Halconazo) la Guerra Sucia y su talante autoritario.
[2] Del mismo parecer es Lorena Careaga. Ver Hierofanía combatiente, p. 118.
[3] Bricker, Victoria R., El Cristo indígena, el rey nativo. El Sustrato histórico de la mitología del ritual de los mayas, México, FCE, 1989, p. 202.
[4] “Despacho de J. María Novelo 1º de abril”, en Micheltorena a Barbachano, El siglo XIX, 4 de abril de 1851.