De las cosas más pavorosas de la transición pactada fue la mayoría abrumadora de los partidos de la 4T en el Congreso del Estado.
El desastre fue casi total en el Poder Legislativo. La oposición apenas sumó tres diputaciones locales, con una presentación del PAN, PRI y MC, respectivamente y todas “pluris”.
Pero, además Morena, PT, PVEM y FxM, que fueron en coalición, tuvieron algo así como el 60 por ciento de los votos, pero terminaron con el 84 por ciento de la representación del Congreso del estado, es decir con una sobrerrepresentación del 24 por ciento.
Esta sobrerrepresentación tramposa, y claro ilegítima, le dio a la alianza cuatroteísta la mayoría calificada en el Congreso del estado, cuando en realidad había quedado a seis puntos para lograr esta meta
Esta fue la “herencia” del Carlos Joaquín a la democracia y al equilibrio de poderes.
Se ve muy difícil que se repita un escenario tan aberrante en cuanto a la división de poderes, como el que dejó el expanista Carlos Joaquín con sus pactos con Morena y el PVEM.
Para las elecciones del próximo 2 de junio, en las que también se renovará el Congreso del estado, el panorama pinta diferente.
Claro, se prevé que Morena y sus aliados obtengan la mayoría legislativa, pero no tan ominosa como la actual.
De acuerdo con estimaciones de estrategas del PAN-PRI, esta alianza tiene posibilidades de triunfo en los distritos locales 01, 02 y 08 de Cancún. También se asoman posibilidades en el 09 y 10 de Playa del Carmen.
A la vez, se contempla que la alianza cuatroteísta no repita el 60 por ciento de votos que obtuvo en 2022.
Por lo pronto, se asoma la posibilidad de que Morena y sus variantes no alcancen la mayoría calificada en las elecciones de Congreso del estado.
Se podría anticipar que podría haber algo más “normal” en la próxima Legislatura.