Este miércoles cierran las campañas en Quintana Roo, las cuales, más que destacar por sus propuestas o contrastes, tuvieron tres características muy DEFINIDAS, las cuales poco o nada tienen que ver con el proselitismo electoral.
1.- Acciones afirmativas
La primera característica fue la burla a las acciones afirmativas. El caso más notable es el de Anahí González, quien cubre la cuota indígena. Pero hay otros casos tan grotescos de personas que establecieron discapacidad visual y salieron a hacer campaña con anteojos.
2.- Guerra sucia
Si bien la guerra sucia prácticamente se circunscribió a Playa del Carmen, lo ocurrido en el municipio de Solidaridad bien “vale” para todo el estado. La estrategia de la candidata del Verde-Morena, Estefanía Mercado, se basó en ataques, descalificaciones y mentiras. La abanderada verdi-guinda incluso se atrevió a acusar a otros de homicidio. Superó lo que ocurrió con Roberto Borge, y eso es mucho decir.
3.- Judicialización
En este proceso electoral hubo retrocesos en varios aspectos. Regresó la judicialización política. La FGE arremetió contra diversos actores de la oposición: José Esquivel “Chak Me´ex”, Filiberto Martínez, Perla Tun…
El bipartito Morena-Verde estaba muy confiado al inicio de las campañas. Pero parece que el gozo se fue al pozo. También queda una dura lección del Ieqroo, para que los políticos ya no sigan engañando a los electores con falsas acciones afirmativas.
Y queda, también como un cuarto punto adicional, la desazón de los debates. De hecho, los que hubo fueron demasiado limitados. Caso aparte son los candidatos a senadores y diputados federales que no debatieron. Quieren ser parlamentarios, pero no debatieron. Increíble. Queda mucho por recorrer en la democracia caribeña.