Por Javier Chumacero /NOTICARIBE PENINSULAR
PLAYA DEL CARMEN.- El espacio es pequeño y prestado. Bastan dos mesas, unos cuantos libros y lápices de colores donados. Lo que cuenta son las ganas de aprender. Son las clases de regularización de la maestra Stanny López en Villas del Sol de Playa del Carmen.
A partir de las cinco de la tarde, alrededor de 30 niñas y niños de diversas edades, todos con sus cubrebocas, repasan lo que durante cinco meses no han repasado: desde las tablas de multiplicar hasta lecciones de historia.
Afuera, un grupo de mamás espera a sus hijos. Conversan entre ellas sus problemas económicos que antes de la pandemia COVID-19 eran grandes y ahora se convirtieron en graves. Sin embargo, le ponen buena cara a los malos tiempos y sonríen al saber que sus pequeños aprovechan el tiempo.
Y es que aquí, en la cuarta etapa de este fraccionamiento con altos índices de sobrepoblación, es más probable que un niño incursione en la delincuencia que termine la preparatoria.
La profesora Stanny o “Miss Nany” es escuchada y respetada. Cuenta que no se quiso quedar sin hacer nada, y sabe que es difícil la tarea de mejorar los niveles de conocimientos, porque en la mayoría de los casos, los papás de sus alumnos concluyeron la educación básica.
La pobreza alimentaria ha alcanzado a varias familias de las niñas y niños. Unos sentados y otros de pie, pero todos con esa sonrisa y ganas de aprender, llegan puntuales a las cinco de la tarde.