No contento con la inoperante instrumentación para retirar la concesión de Aguakán, el diputado Humberto Aldana metió en un embrollo al Poder Legislativo en la Ley de Protección a los Animales.
Y que Aldana llevó a los diputados al barranco al insistir en aprobar una Ley al vapor y, sobre todo lesionando a los pueblos originarios de Quintana Roo.
En realidad Aldana se quiso hacer al muy “progre” en su campaña para ser diputado federal en Cancún.
Obvio, el morenista se dirige al mercado electoral de Cancún, en su desesperada ley proanimalista.
Pero a la vez, vulnera las tradiciones de los pueblos originarios, que se ubican principalmente en el centro y sur del estado.
Por si fuera poco, Aldana y sus diputados le dejan a los alcaldes una ley inaplicable.
Por ejemplo: ¿Se atrevería la alcaldesa morenista suspender actividades de una fiesta patronal de una comunidad en Felipe Carrillo Puerto?
Aldana solo va en busca de votos en Cancún con una falsa imagen de “progre”, y ya que los alcaldes y los diputados que se quedan, le hagan como puedan…