De la euforia la decepción, es el ánimo entre los aficionados, tras la remodelación del estadio “Beto Ávila”, que corrió a cuenta del Gobierno federal y estuvo a cargo de la Secretaría Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu).
Si bien el “nuevo” estadio es mucho mejor al anterior, se empiezan cada vez más las fallas en el recién remodelado parque de pelota
Y no se trata sólo de que las obras avanzan a paso muy lento, sino hay que hay otros detalles, que a estas alturas son imperdonables.
El más notable es que no hay un área para personas con discapacidad, como sí lo hay en los estadios de primer mundo del México.
Otro detalle, es que los espacios entre las filas son muy estrechos, al estilo de estadio “Andrés Quintana Roo”.
Y otro asunto, no , menor es que en la butacas no hay donde poner los vasos de bebidas, lo cual si tenía el estadio anterior.
Por si fuera poco, en las obras de remodelación, se dañó la nada barata pantalla espectacular, de la cual la Sedatu hace como no sabe,
Algunos de estos observaciones, se la hicieron notar a Román Meyer Falcón, titular de Sedatu.
Pero, al parecer, no les dio mucha importancia.