Alejandro Peza/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- La especialista en Comunicación Política y Derechos Humanos, Cecilia Lavalle precisó que es fundamental que los medios de comunicación dejen de observar a la mujer con prejuicios de género y de estereotipos.
“Los medios tienen que modificar su mirada a partir de estereotipos para poder mirar a las mujeres como Igualmente humanas que sean políticas capaces de tomar decisiones buenas malas acertadas o no igual que los humanos. La brecha todavía de cuánto nos miran y cómo nos miran es gigantesca”.
Cecilia Lavalle agregó que a pesar de los avances y conquistas de las mujeres aún queda un buen trecho por cubrir, pues dijo que los medios tienen que cambiar su visión y dejar de encasillarlas en modelos dedicados al hogar o a los hijos.
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Lamentó que las mujeres tengan que hacer un esfuerzo doble en demostrar sus habilidades y capacidades, además de tener que romper con estereotipos dentro de la política, donde no se acostumbra a ver a mujeres en posiciones de poder y con oportunidad de tomar decisiones.
“Se espera de nosotras que hablemos quedito en el poder, llevemos el café, apapachemos a nuestros compañeros, les facilitemos la vida, pero no se piensa en nosotras como iguales tomando decisiones dando órdenes, poniendo la agenda en la mesa y decidiendo qué se va a hacer con esa agenda”, agregó.
En este sentido, señaló a tres participantes importantes en la política como agentes de cambio para lograr una verdadera paridad de género: los medios de comunicación, las instituciones electorales y los partidos políticos.
Sobre los primeros, señaló que existe una cultura sexista en la cobertura de la información, por lo que la capacitación y actualización desde la perspectiva de género, es vital para evitar abonar a la discriminación de las mujeres desde los medios.
Por parte de las instituciones electorales y los partidos políticos, mencionó que además de estar obligados a promover la paridad de género por ley, es necesario que reconozcan que los proceso democráticos del país, no pueden ser legítimos sin la presencia de las mujeres en los mismos.
