Francisco Javier Robles/NOTICARIBE PENINSULAR
CANCÚN.- La violencia vicaria es real y va en aumento de manera alarmante, aseguró este mediodía Ariadne Song, presidenta del colectivo “Red de Victimas Quintanarroenses”, pues hasta diciembre de 2022 sumaban 50 casos documentados, hoy tienen 75.
“Es tortura, porque matan en vida a las madres, y tienen que esperar a que el agresor se compadezca de ellas para poder ver a sus hijos”.
Dijo que la mayoría de los casos están en municipios de la zona norte: 25 en Cancún, 35 en Playa del Carmen, y 15 en zona maya y Sur de la entidad.
“En la zona norte está creciendo el problema, por la desvinculación del nucleo familiar, y falta de capacitación en perspectiva de género por parte de las autoridades. Los menores están siendo utilizados como objetos para dañar a las madres”.
Recordó que la Ley Contra la Violencia Vicaria se aprobó en el Congreso del Estado el 23 de agosto de 2022, y lo catalogó como un gran paso, pero llamó a los funcionarios y litigantes a capacitarse y sencibilizarse en el tema.
“Si las autoridades no ponen un freno, para que los agresores dejen de traficar y utilizar como instrumento de tortura a los niños y niñas, vamos a seguir teniendo más presas, más muertas, porque la autoridad está siendo indolente”.
Hoy, victimas, padres y representación del colectivo, se reunieron con el magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Quintana Roo, Heyden Cevada Rivas, a quienes planrtearon 13 casos que catalogaron como prioritarios, en la representación del Poder Judicial, en Cancún.
Ariadne Song señaló que llegaron a un acuerdo con el funcionario para dar seguimiento a todos los casos, “hay voluntad”, y que se van a combatir los actos de negligencia y violencia institucional, “cada una de las madres dará puntual seguimiento a su caso, así como los medios legales”.
“Si en tres o seis meses no vemos acciones, vamos a volver a venir, porque es su trabajo atendernos, y no estamos pidiendo nada que no esté contemplado en la ley”.
Pidió a las mujeres victimas de violencia vicaria, acercarse al colectivo, para que reciban ayuda de legal y psicológica.