Parece que Morena, como partido, está de adorno y sus principales dirigentes, tienen como principal vocación (y ocupación) tomarse selfies.
Por lo regular, el Gobierno del estado, empezando con la gobernadora Mara Lezama y la secretaria de Gobierno, Cristina Torres, tienen que liar “solo” con los conflictos que surgen en la entidad, los cuales “brincan” casi siempre y de todos lados.
Y no se ve jamás, ni en el lejano horizonte que Morena, como partido, salga también a meterle a los asuntos políticos que afectan al Gobierno del estado.
Si en un estado, la fuerza y la influencia del partido fue determinante en términos de empuje electoral, es en Quintana Roo.
Entonces, es incomprensible que el partido esté en el sótano del gobierno.