Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
MEXICALI.- La reciente visita del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a Mexicali ha generado un intenso debate en la opinión pública a raíz de un episodio que ha suscitado controversias en las redes sociales.
Durante su estancia en Tecate, la diputada federal Julieta Ramírez Padilla, apodada la “julietona”, protagonizó un inusual intento de captar la atención del presidente. Subiéndose a una silla con la esperanza de obtener una fotografía con López Obrador, la diputada expresó abiertamente su admiración y apoyo hacia el mandatario.
La sorpresa se manifestó cuando, en respuesta a esta situación atípica, el presidente decidió brindarle un beso en la mejilla. Acto seguido, accedió a tomarse no solo una, sino varias fotografías con la diputada.
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Aunque este gesto fue espontáneo, desencadenó una intensa polémica en las redes sociales, convirtiéndose en el el centro de un debate sobre la adecuación de tales interacciones en eventos públicos y la relevancia del protocolo, aunque lo anterior haya sido inesperado.
Las opiniones respecto al beso de AMLO se dividen entre quienes celebran su cercanía y naturalidad, y aquellos que critican la falta de formalidad en actos oficiales. Estos comentarios entre la población han creado un intenso debate en redes sobre los límites de la interacción personal en el ejercicio del poder y los gestos inesperados.
La polémica ha suscitado cuestionamientos acerca de si este tipo de gestos deberían tener cabida en eventos oficiales, resaltando la importancia del respeto al espacio personal, incluso en situaciones que buscan estrechar la conexión entre líderes políticos y ciudadanos.
Varias polémicas
Andrés Manuel López Obrador ha estado involucrado en varias polémicas relacionadas con dar besos y abrazos en público, especialmente durante la pandemia de COVID-19.
Una de las polémicas fue cuando AMLO besó a una niña en la mejilla, a pesar de las recomendaciones sanitarias para evitar la propagación del COVID-19. Esta acción fue criticada por los internautas debido al incumplimiento de los códigos de sanidad impuestos en la pandemia.
Además, AMLO continuó besando y abrazando a sus seguidores durante la pandemia de COVID-19, a pesar de las advertencias sanitarias y las recomendaciones de distanciamiento social. Debido a ello, su actitud fue criticada por dar un mal ejemplo y poner en riesgo a sus seguidores.
Otra polémica se generó cuando AMLO besó la mano de la alcaldesa de Tecámac, Mariela Gutiérrez. Este acto también generó debate por la extrañeza del momento, así como la motivación para dar el acto de respeto a la funcionaria.
Con información de Infobae