Por Javier Chumacero/NOTICARIBE PENINSULAR
SOLIDARIDAD.- Empezaron con menos de 30 personas y en la fase uno del COVID-19, ahora alimentan a casi 400. Es la Asociación Vejez, Vida y Esperanza y sus aliados quienes llevan más de dos meses en esta labor, desde la colonia Colosio.
Sin embargo, la señora y coordinadora de este comedor comunitario Andrea Chan, reconoció que la tarea no es fácil, al tiempo que solicita donaciones de leche para niños, arroz y frijoles, porque no alcanza la comida. “Damos prioridad a los adultos mayores y mamás solteras”, acotó.
Poco a poco van llegando a la esquina de 100 con la 35, las personas con sus recipientes. En la cocina, un grupo reducido de chefs prepara a toda prisa los platillos del día, con base en los productos que van llegando, provenientes de comerciantes, hoteleros y ciudadanía en general.
“También preparamos despensas con los artículos que vamos recibiendo, porque son para los abuelitos. La leche ya la estamos racionando para que alcance. Es un trabajo muy extenso”, cuenta mientras muestra en una libreta la cantidad de comidas que se han brindado.
Sobre la banqueta esperan pacientes hombres en su mayoría. Les dicen de la sana distancia, se alejan pero al rato se les olvida y vuelven a juntarse. Unos llevan cubrebocas y otros no.
“Tengo tres semanas que nos descansaron en la obra. Estamos alegres y contentos porque tengo un pan que llevarme a la boca. La señora casera me ha dicho que no tenga pena, y que ya la pagaré la renta cuando tenga trabajo”, relata Elsido Pérez, quien vive solo, ya que sus hijos radican en su natal Chiapas.