Por Martín G. Iglesias
Durante más de 70 años, en todo el país, políticos emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) mantuvieron su hegemonía, no solo al dominar los tres poderes del Estado, sino también todos los presupuestos públicos, en otras palabras, había dinero para dar y repartir.
Luego, en la primera década de los 2000, el Partido Acción Nacional (PAN) tomó las riendas del país con dos sexenios, donde no solo perfeccionaron la estrategia del PRI para quedarse con el poder, sino que aprovecharon a saquear estados y municipios de acuerdo a la conveniencia de unos cuantos, los conocidos manda más.
Ahora, le toca al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados demostrar ese poderío emanado del pueblo, al iniciar una carrera por la Presidencia de México, nueve gubernaturas; por el Congreso de la Unión, por municipios y por congresos locales.
Digo lo anterior, para tener el contexto de que todo político emanado de un partido que está en algún cargo de cualquier nivel de Gobierno, no dejará pasar la oportunidad de apoyar a sus correligionarios que le quieren sustituir, y como se dice en el argot común, “le echará toda la carne al asador”.
Aún recuerdo los magnos eventos de campaña del otrora PRI, donde no faltaba la torta y el refresco, no había problemas con la fiscalización del árbitro electoral, pues estaban jugando para el mismo equipo, así que los topes de campaña eran una formalidad, la rendición de cuentas era una vacilada. Lo mismo sucedió con el PAN, en los estados donde gobernaba parecía un territorio feudal, pues eran las y los gobernadores que ponía y quitaban candidatos a presidentes municipales y a diputados locales.
Hoy, parece que la historia y la conducta de los políticos no ha cambiado, pues siguen las mismas prácticas de utilizar todo el recurso del Estado (como poder), para apoyar a los correligionarios; solo basta ver los arranques de campaña de Morena y sus aliados en cada uno de los municipios y distritos de Quintana Roo, con la modestia de lo que hace la oposición, quienes por cierto, estos últimos no tuvieron la previsión de ahorrar en su abundancia.
En ese contexto, estamos en la antepenúltima etapa de la elección que se llevará a cabo el próximo domingo 2 de junio; aquí en Quintana Roo recibiremos cinco boletas para votar por un presidente de México, una fórmula para el Senado, un diputado federal, un presidente municipal y un diputado local. Los que están enojados por no haber sido considerados por la alianza que consideran ganadora, llaman para hacer un voto cruzado, los que saben piden que sea cinco de cinco. Al tiempo…
SASCAB
Me llega hasta la mesa de redacción de Caminos del Mayab la opinión de un abogado referente a las elecciones en los sindicatos de taxistas.
Me dice que el autodenominado “Profesor”, Rubén Carrillo, líder en funciones del Sindicato de Taxistas de Cancún “Andrés Quintana Roo”, representa lo más pútrido del sindicalismo que quiere desterrar el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Aunque muy cuestionada su llegada como Secretario General, le alcanzó para negociar una candidatura a la diputado local por el Distrito 3, bajo las siglas del PT, donde ofreció miles de votos para que ese partido lo postulara, desplazando así a los verdaderos petistas.
Una de las promesas que hiciera Rubén Carrillo como aspirante a la Secretaría General del sindicato de Taxistas, es que “recuperaría la plusvalía de las placas”, asunto que no depende de él, sino de la oferta y la demanda del mercado, donde ya no son ellos los “reyes del volante”, sino que existes otros prestadores de servicio de transporte público más capacitados que los seguidores de Carrillo. Al tiempo…