El cuatroteísmo caribeño está que da volantines de felicidad por sus resultados del pasado 2 de junio.
Pero en realidad estos resultados son un espejismo para quienes se adjudiquen el “arrasador” triunfo de Morena.
No se hagan bolas, diría el clásico.
Como en 2018, lo ocurrido en Quintana Roo este 2 de junio de 2024 es un resultado directo de la inercia de la elección presidencial.
La estadística y la numeralia de las elecciones locales de 2022 son absolutamente contrastantes y solo dos años después.
Para empezar, en 2022 la participación fue del 40 por ciento y en números absolutos de 543 mil votos.
En tanto, la votación para Morena fue del 30 por ciento y 22 Para el Verde, partidos que cogobiernan en Quintana Roo con algo así como 310 mil votos.
Dos años después ocurrió un salto dramático:
La participación fue de 827 mil votos en Quintana Roo.
Pero el dato más rotundo es que Claudia Sheinbaum tuvo 605 mil votos, que equivalen al 73 por ciento de la votación.
Es decir, que con Claudia Sheinbaum se duplicaron los votos en Quintana Roo para el cuatroteísmo y creció casi en esa proporción la participación ciudadana.
Lo que hubo en realidad es el espejismo Sheinbaum, nada más y nada menos.