Uno de los méritos de Carlos Joaquín González fue cercenar al “borgismo” y todo lo que se parecía.
En mucho, la llegada de Carlos Joaquín a la gubernatura, que hubo un voto de castigo abrumador contra Roberto Borge, el priismo y el candidato del PRI-PVEM, Mauricio Góngora.
Es decir, la mayoría de los quintanarroenses echaron a patadas de Borge (gobernador de 2011 a 2106) y a sus aliados.
Sin embargo, el “borgismo” está de regreso y en la 4T, a través del PVEM.
Dos son las figuras claves del PVEM, que fueron parte del borgismo y que pilotean este increíble retorno.
En primer lugar, destaca Francisco Elizondo, que de 2011 a 2013 ocupó el cargo de Secretario de Ecología y Medio Ambiente del gobierno de Quintana Roo y 2013 a 2108 fue director del Centro SCT.
Es importante, referir, que el entonces presidente, Enrique Peña Nieto concedió a los gobernadores el nombramiento de delegados federales en sus respetivos estados..
La otra figura, es Mauricio Góngora, ex candidato del PRI-PVEM a la gubernatura y que durante el borgismo, fue titular de Sefiplan y alcalde Playa del Carmen.
Los enterados sostienen que si Mauricio ganaba la gubernatura se iba a afiliar al PVEM y ser el segundo gobernador verde. Ya no ocurrió ni uno ni lo otro.
Elizondo y Mauricio tienen línea directa con Jorge Emilio González Martínez “El Niño Verde”, en madamas del PVEM
A Elizondo le atribuyen que el PVEM tuvo 120 mil votos y que será el operador del PVEM en el gobierno bipartito y ya suena desde ahora, para ser candidato a senador en 2024.
A la par, Mauricio ya despacha en Playa del Carmen para también atender asuntos relacionados con el PVEM y el próximo cogobierno estatal.
Incluso, ya está enfilando a su cuñada, maría José Osorio, actual diputada electa, apara que sea la próxima presidente municipal de Playa del Carmen.
Por lo pronto, “Marijo” ya está en una selecta lista de los 10 jóvenes mas influyentes de Quintana Roo”
Por si fuera poco, otros borgistas, connatos también se han trepado al tren de Morena como Raymundo López, José Luis “Pelón” González y hasta el imprescindible”, Julio Durán.
“Borrón y cuenta nueva”, pero con goma verde.