Por: Jorge A. Martínez Lugo
• Recomposición en la élite política del estado, con un nuevo Tatich; avanza desplazamiento de la clase política local.
Durante el gobierno de Félix González Canto, el niño verde, Jorge Emilio González, decidió radicarse en Quintana Roo. Se hizo socio del entonces gobernador y le enseñó las artes de los negocios en las grandes ligas, a partir del ejercicio del poder público.
Influyó en la decisión para que Roberto Borge fuera candidato y luego gobernador de Quintana Roo. Fue maestro de ambos en la asignatura de enriquecerse, saqueando y endeudando al estado; desde ese periodo se pusieron de moda los despojos inmobiliarios.
La sociedad entre los tres fue exitosa al principio, pero cada vez más, Jorge Emilio se iba comiendo a los cozumeleños. Hubo una crisis en esta cúpula de tres patas: la sucesión de 2016.
Roberto Borge estaba cada vez más inconforme, por un lado, por la voracidad del niño verde y, por otro, por la tutela de Félix González, de la que nunca se pudo librar. Fue el hilo, aunque enriquecido, más delgado de esta tríada. A Borge le falta terminar de escribir su historia.
Jorge Emilio se salió con la suya e impuso a Mauricio Góngora, quien le garantizó quedarse con Cancún, joya de la corona tan preciada por el niño verde, entre otras posiciones que exigía, como antes la Senaduría, que le fue concedida y sin hacer campaña, porque Félix se la hizo.
La leyenda dice que ese fue el factor para que José Luis “Chanito” Toledo no fuera el candidato, porque Roberto Borge no le quería ceder Cancún. De ahí su frase: “este cabrrr se quiere quedar con todo Quintana Roo”
El resultado ya lo conocemos: perdió el PRI, pero Jorge Emilio ganó. Se quedó con Cancún y luego siguió siendo socio del gobernador, sea del partido que sea, en este caso Carlos Joaquín. Genio de la negociación, sin dar la cara y sin costos políticos.
Aquella sociedad terminó de estallar en estas elecciones 2022. Con el rompimiento entre Jorge Emilio y Félix, éste dejó de ser operador político de Mara Lezama. Laura Fernández se quedó del lado de Félix y el desenlace de la historia ya lo conocemos.
LA GUBERNATURA EN LA MIRA
Desde que Jorge Emilio se instaló en Cancún, su objetivo ha sido ser gobernador de Quintana Roo. Para ello ha controlado y usufructuado el motor económico, Cancún, con empresas amparadas por el poder público, como las dedicadas a la basura, casinos, inmobiliarias y otros giros legales e ilegales.
Ya fue senador por Quintana Roo y ahora su partido, el verde, se colocó como segunda fuerza electoral en el estado. Su presencia en el gobierno de Mara Lezama, será decisiva, porque su plan ha sido exitoso.
Lo que sigue son las elecciones presidenciales de 2024, en las que tendrá una participación importante, todavía como aliado del presidente López Obrador, hasta que tenga necesidad de darle la espalda. Mientras tanto, avanza la recomposición de las élites políticas en el estado, en la que Jorge Emilio se consolida como el nuevo Tatich, desplazando a la clase política local, tanto la del norte como la del sur.
SEGUNDA SENADURÍA
En la elección presidencial 2024-2030, Jorge Emilio se postularía como senador por tercera vez, o diputado federal como plan B. Desde esa plataforma, será candidato natural a la gubernatura, después de Mara Lezama.
Con ello se estaría consolidando el proyecto personal de Jorge Emilio, que ahora no acaba en la gubernatura de Quintana Roo, sino en la misma Presidencia de la República para el sexenio 2030-2036. Su papá lo intentó, el hijo aspira a cumplirlo. Hoy ya tiene dos gubernaturas y va por la suya propia.
JORGE EMILIO-MARCELO EBRARD-MARIO DELGADO
Para ello juega, por el momento, con el equipo de Marcelo Ebrard y ambos, tienen en Mario Delgado, presidente nacional de Morena, a un operador político que ha demostrado ser más fiel a ellos, que al propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
La democracia ya no es el juego y la competencia de los partidos políticos. Eso ha quedado atrás. Las elecciones se definen ahora en la minería de votos, que tienen un precio económico, pero en política lo que cuesta dinero, es barato. Usted seguirá teniendo la última palabra.