Redacción/NOTICARIBE PENINSULAR
WUHAN.- Intenta no llorar. En febrero de este año, un habitante de Wuhan, epicentro del coronavirus, fue ingresado en el Taikang Hospital por síntomas del SARS-CoV-2. Diagnóstico que días después fue confirmado.
Con él llegó su mascota, un perro mestizo de siete años que permaneció a las puertas de la clínica. En poco tiempo, el hombre falleció a causa de una neumonía provocada por el COVID-19 pero el can no supo que este había muerto, así que esperó a su dueño durante 3 meses. Hoy su foto circula ampliamente en Internet.
La mascota incluso llegó a ingresar a las instalaciones en busca de su amo y no salía de ahí ni un por un segundo. Su historia es ahora conocida gracias a Wu Cuifen, una residente que visitó la clínica luego de que el gobierno chino levantara las restricciones de movilidad en la ciudad.
La mujer contó a New York Post que ‘Xiaobao’ (‘Pequeño tesoro’) fue increíblemente leal, pues pese a que hubo quienes lo sacaron del hospital y se lo llevaron lejos para tratar de despistarlo, siempre volvía y se sentaba a esperar a que saliera su dueño. Finalmente se acostumbró a permanecer en la tienda de Wu Cuifen, muy cercana al centro de salud, pero jamás se fue a casa.
“Primero me familiaricé con el perro y, después, lo traje a la tienda. Cada mañana, cuando abría, Xiaobao estaba allí esperándome, lo alimentaba hasta que me despedía al final de cada día”, narra la mujer.
Actualmente ‘Xiaobao’ espera ser adoptado por una nueva familia, ya que el Taikang Hospital volvió a recuperar poco a poco su actividad y los pacientes han comenzado a quejarse de su estancia allí. En consecuencia, las autoridades de la clínica tomaron la decisión de contactar con una protectora de animales para decidir su futuro.