Por Martín G. Iglesias/NOTICARIBE PENINSULAR
Dentro de cualquier administración pública, lo que espera la ciudadanía es que los funcionarios cumplan con el trabajo que se les asignó, aunque parezca que no se les exija, son calificados en las pláticas formales e informales.
Quizá usted haya escuchado acerca de funcionarios infuncionales, pues aquí les voy a contar de dos, uno llamado Rodrigo Alcázar Urrutia que despacha en la Dirección de Movilidad del Gobierno del Estado; el otro es Alejandro Luna López, que está en el Instituto del Deporte en Benito Juárez. Estos dos tipos advenedizos de la política, son ambiciosos vulgares, el primero con el dinero y el segundo con el poder.
Rodrigo Alcázar, mejor conocido como “el cadenero”, desde que llegó el año pasado a Imoveqroo (Instituto de Movilidad del Estado de Quintana Roo), ha girado instrucciones a los delegados municipales para que apliquen las famos “mochadas” al momento de la revisión del transporte público, así que por muy nueva que esté la unidad, siempre le encuentran algún defecto y el concesionario tiene que pagar regularmente 400 pesos para que le coloquen el “ok”. Quién no se adapte a la forma de trabajo, pues tiene que pagar las consecuencias del acoso por parte de los inspectores.
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Pero las cosas no le han salido tan bien a Rodrigo Alcázar, pues quiso influir en las elecciones del sindicato de taxista en Cancún y en Isla Mujeres, en ambos los socios le demostraron que no se trata de colores partidistas, sino de los intereses del gremio, y su candidata y candidato perdieron dichas elección; me dicen que ahora ni el sol la calienta, de lo enojado que está.
Desde que fue director de Tránsito en Benito Juárez (Cancún) con Remberto Estrada Barba, Alcázar Urrutia supo la mina de oro que hay en movilidad; su propuesta de que ahora el Imoveqroo cobre las licencias en los municipios, a parte que de inconstitucional (por si no lo sabían los diputados), vulnera las finanzas municipales; ahora resulta que una empresa concesionaria es la que otorgará el servicio; ¡sí que este tipo le vio la cara a la XVII Legislatura.
En cuanto a Alejandro Luna, solo diré que está siendo investigado por la Contraloría Municipal, pues el presupuesto que debió ejercer este año, se lo gastó desde septiembre pasado. Los investigadores de esta columna, comentan que pagó prensa a quienes ya no figuran en el medio, así que por más que quiso promocionarse como el mejor funcionario, resulta que es infuncional.
Además, su deslealtad al titular del Deporte en Quintana Roo, lo dejó sin poder aspirar a un cargo en el 2024; no cabe duda que creerse superior al jefe y con hambre de poder, trae sus consecuencias. Ahí se las dejo
SASCAB
Estamos por terminar el año, así que cuide sus recursos económicos, porque se aproxima un 2024 muy difícil para la clase trabajadora.
Ahora, si usted es un movilizador dentro de un partido o grupo político, viene su época de vacas gordas, porque a como está la carestía, en algunos municipios el voto llegará a costar hasta 4 mil pesos. Al tiempo.