Con juegos pirotécnicos, se recibió en el oficialismo local el “compromiso” de Claudia Sheinbaum de reconstruir y ampliar la carretera Cancún-Isla Blanca.
Se dijo que esta primera obra de la Presidenta tendría un costo de 2 mil 700 millones de pesos. También se enumeraron una serie de beneficios, que se entiende son más “inversiones” turísticas.
Sin embargo, hay otros asuntos prioritarios relacionados con el turismo que urge atender.
Como primeras en la lista estarían la carretera Cancún-Tulum, la vía turística más importante del país, que presenta un deterioro vergonzoso, y el tramo Limones-Chetumal, que sufre graves daños colaterales por los acelerados trabajos del Tren Maya.
Llama la atención que esta vía, utilizada por decenas de funcionarios públicos, incluidos diputados locales y federales, no haya sido objeto de un llamado al Gobierno federal, tanto a Andrés Manuel López Obrador como a la Doctora, para que se apliquen en atender la falta de mantenimiento de la principal autopista turística del estado y el desastre dejado por el Tren Maya.
Primero, lo primero.