Alejandro Peza/NOTICARIBE PENINSULAR
CHETUMAL.- El dirigente de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), Isidro Santamaría Casanova señaló que grupos del crimen organizado siguen cobrando “derecho de piso” en las obras y construcciones de la zona norte del estado e incluso aseguró que algunos delincuentes se han infiltrado en las obras y obligan a los trabajadores a vender droga.
“Nos queda claro que sigue existiendo la venta de droga, sigue existiendo la extorsión, pero además sigue existiendo por parte de los policías detenciones arbitrarias con la finalidad de robarle su dinero al compañero trabajador”.
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El dirigente sindical comentó que este fenómeno ocurre con mayor frecuencia en las ciudades de Cancún y Playa del Carmen y pese a que se han denunciado estos delitos no hay una respuesta contundente de las autoridades.
“Por esa razón, concluyó, hay un déficit importante de albañiles, ya no se sienten seguros ni en sus trabajos”.
Crimen organizado pide “derecho de piso” a albañiles de Cancún
Las autoridades y los encargados de las obras tienen conocimiento de la situación.
Se sabe que la cuota semanal que cada albañil paga al crimen organizado como derecho de piso es de al menos 500 pesos, vendan o no droga dentro de las construcciones.
Los encargados de obra tienen conocimiento de la situación, sin embargo estos últimos sólo aconsejan a sus trabajadores que se cuiden y que no discutan con esas personas.
Los jefes de obra aceptan que el tema de las extorsiones está “muy fuerte” y fuera de control, al grado que los delincuentes ya establecieron en el lugar y “hablaron” con todos los encargados de área para que puedan vender droga a los obreros.
Un modo de operar de estos grupos, es que uno de los delincuentes ingresa a la obra, se hace pasar como ayudante de albañil y una vez establecido, empiezan a promocionar la venta de la droga entre los trabajadores.
Los vendedores cuando ya tiene el control de la venta del enervante, entonces van contra los contratistas a quienes amenazan para que los ingresen a su área de trabajo para ampliar sus actividades de venta.
Después el grupo delictivo exige que tienen que pagar una cuota y si no lo hacen los amenazan con hacerle daño a él y su familia, incluso llegan a golpearlos o hasta asesinarlos.
Posteriormente ubican a los ingenieros, a quienes también los amenazan para que les den un pago mensual o semanal, incluso exigen que los ingresen a la nómina y es cuando toman el control total de la obra.